En las condiciones más inhóspitas del desierto del Bolsón de Mapimí, conformado por los estados de Durango, Coahuila y Chihuahua, crece la opuntia violacea, una planta de singulares características, de un color morado y violeta, que en tiempo de calor soporta temperaturas de más de 40 grados centígrados, y en invierno resiste hasta 20 grados centígrados bajo cero.
Originaria de Norteamérica, de los estados de Arizona, Nuevo México y Texas de los Estados Unidos de Norteamérica, y en México de los estados del norte de Chihuahua, Durango y Coahuila, el nopal morado, como su nombre lo indica es de un color violeta, en ocasiones, pudiéndose tornar de un opaco azul, que lo hace parecer una planta de otro planeta.
La opuntia violacea, por su nombre científico, es una cactácea que soporta altas temperaturas en temporada de verano, de hasta cuarenta grados centígrados, y en invierno, hasta menos veinte grados centígrados; siendo la época de frío, cuando mejor se puede apreciar su característico color violeta intenso.
El nopal morado, se estima que puede crecer de entre 60 a 90 centímetros, situación que tendría que ser corroborada, ya que, en el Bolsón de Mapimí, se han detectado especímenes de hasta metro y medio de altura. La protección del nopal, se basa en puntiagudas y rígidas espinas de hasta cinco centímetros, que crecen en dirección al suelo, hacia abajo, a comparación de otros especímenes.
En tiempo de floración, durante la temporada de verano, en los meses de junio, julio y agosto, el nopal produce una flor de color amarillo sol vibrante, con tonalidades rojas desde la raíz, al momento de la floración, también se produce un fruto carnoso, conocido como tuna o pitaya, cuyas semillas son de cuatro a 4.5 milímetros.
Dentro del Bolsón de Mapimí, se pueden encontrar principalmente en las llanuras, hermosos ejemplares de nopales violeta, entre los que destaca una gran población en el desierto de Jiménez. La conocida Zona del Silencio, que no es más que el mismo desierto, es un atractivo turístico mundialmente conocido por la gran cantidad de leyendas en torno de este lugar, es conocido también por sus nopales morados, los cuales en muchas ocasiones son destruido o arrancados de su sitio por los visitantes del lugar.
Una cactácea, única y endémica de Norteamérica, que se puede encontrar en el municipio de Jiménez, en las llanuras del desierto y a escasos kilómetros de la mancha urbana.