Cecilio Ríos Zapién, mejor conocido como “Chilo Ríos”, junto con su esposa Concepción Espinoza, son los creadores de las famosas Dobladas en Parral y fueron los primeros. Son tan famosas que han llegado hasta Alemania y a Estados Unidos. Su preparación es parecida a los burritos; sin embargo, la tortilla de harina es un poco más gruesa y doblada por la mitad, lleva de relleno un guisado. Fue en la calle González Ortega donde comenzó un legado gastronómico que se ha popularizado hasta hoy.
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La tradición de las famosas Dobladas de “Chilo Ríos” comenzó en los años 60, no se sabe con precisión el año, pero se han convertido en todo un legado. Al principio fue en la mina Frisco donde sus compañeros de trabajo le pedían a Don Chilo que su esposa les preparara gorditas para desayunar y las vendiera, ya que les gustaban mucho los guisos que preparaba.
“Chilo” Ríos les vendía gorditas, pero en una de las ocasiones la señora hizo tortillas de harina más grandes y en vez de hacer un burrito las dobló con un relleno de guisado, y así se las mandó a los trabajadores, naciendo las “dobladas”. Con el tiempo don Cecilio fue despedido de la mina y se vio en la necesidad de continuar vendiendo dobladas.
Del matrimonio Ríos Espinoza nacieron ocho hijos: Juan Manuel (Jhonny), Esther, Arturo, Rayo (+), Edmundo, Paula (Pavis), Eduardo (Lalo) y la menor Margarita, quien se quedó encargada de la casa donde vivieron sus padres en la calle González Ortega número 30. Ahí nacieron las famosas dobladas de “Chilo Ríos”. Hoy en día cada mañana cientos de personas de todas las edades acuden por este alimento para su desayuno.
Margarita Ríos Espinoza recuerda a su padre como una persona muy trabajadora, tratable, siempre de buen humor y la gente lo conocía por ser servicial; le gustaba convivir con los amigos. “A mi padre le debemos una gran herencia, la herencia del trabajo”, con las dobladas continúan sacando adelante a sus familias.
Por otra parte, mencionó que son cuatro generaciones que continúan haciendo las dobladas; sus hermanos, primas y sobrinos se han independizado con sus propios negocios de hacer dobladas.
Señaló Margarita que aún, cuando se han vuelto una de las preparaciones más populares, ha crecido mucho la competencia, pero las dobladas de “Chilo Ríos” son las originales, han adquirido su fama gracias a la sazón tanto en los guisados como las tortillas de harina que preparan ese mismo día por la mañana y las cuales venden en la cocina. Por otra parte, la tradición y el costo hacen que la gente continúe prefiriéndolos.
Desde las 6:50 de la mañana y hasta las 11:00 reciben a los clientes. El negocio es una pequeña microempresa donde laboran cuatro trabajadoras que cada mañana se encargan de preparar la masa, palotear las tortillas, cocerlas y al estar listas son rellenadas con los guisados ya conocidos por la gente y al despachar sólo una persona se encarga de cobrar por cuestiones de higiene.
Indicó que con el tiempo han ampliado la variedad, ahora tienen de 12 diferentes guisos: de frijoles con queso, frijoles charros, puerco verde, puerco rojo, chicharrón verde, chicharrón rojo, chile pasado, discada, bistec, deshebrada verde, picadillo sin chile y picadillo con chile. Asegura que el secreto está en la sazón, no utilizan ningún tipo de especias como en otras partes que les ponen pimienta o hierbas.
Cada mañana son 300 dobladas que venden solo en la casa, ya que tiene un hermano que tiene su punto cerca de la central camionera. Los clientes de la calle González Ortega son trabajadores, muchos cubren rutas del transporte de mercancía, distribuidores de gas, empleados de oficinas, obreros de la construcción y del comercio, así como alumnos y docentes de escuelas.
Cuando viene gente de Parral que vive en otras ciudades los procuran, muchas personas reviven épocas en que sus padres los llevaban a comer dobladas, el sabor de las tortillas artesanales recién hechas y el olor de los guisos, incluso han tenido clientes como la señora Margarita Corral, dueña de un hotel, que cada vez que visitaba a sus hijos en Alemania les lleva las “Dobladas de Parral, también quienes vienen de Estados Unidos.
Los trabajadores y la dueña laboran a una velocidad increíble, ya con la experiencia de despachar a los clientes no se tardan ni dos minutos en preparar los pedidos. La gente tarda más en la fila que en ser atendida y a ciertas horas de la mañana se hacen filas de hasta de 20 personas.