La sequía que ha afectado a la región de Parral este año ha tenido un fuerte impacto en la producción de maíz, con una disminución del 42% en la siembra de este cultivo comparada con años anteriores.
Recibe las noticias más importantes directo a tu WhatsApp
Según datos proporcionados por Oscar Gutiérrez Valdez, residente de Desarrollo Rural del Gobierno del Estado, las lluvias de este año representan apenas un 40% de la precipitación anual esperada en la región.
La región de Parral tiene una media anual de 425 milímetros de lluvia, pero hasta el momento solo se han registrado 150 milímetros en lo que va de este año. Esto ha impactado de manera significativa en los cultivos de temporal, especialmente en el maíz, que es un cultivo vital para la economía y la alimentación de la comunidad.
En total, se sembraron 915.00 hectáreas de maíz en 8 municipios de la región de Parral. Sin embargo, más de la mitad de esta superficie, 582.5 hectáreas, ha sufrido siniestros debido a la falta de lluvias, representando una pérdida sustancial en la producción.
Oscar Gutiérrez Valdez destacó la importancia de las lluvias para la recarga de mantos acuíferos y presas en la región. Aunque no se benefician de manera inmediata a los cultivos de temporal, podrían ser un presagio de un otoño e invierno más lluviosos, lo que revitalizaría los recursos hídricos y brindaría un panorama esperanzador para el próximo año.
En términos cuantitativos, la cantidad de lluvia registrada hasta el momento representa solo el 40% de la lluvia anual esperada. Gutiérrez Valdez subrayó que el futuro de los cultivos y de la región en general dependerá en gran medida de las lluvias que se registren en los próximos meses.
El impacto de la sequía en los cultivos de maíz ha sido evidente en varios municipios de la región. Allende ha sembrado 245 hectáreas de maíz, pero 90 hectáreas han resultado siniestradas. Hidalgo del Parral ha sembrado 70 hectáreas de maíz y enfrenta una situación crítica, ya que la totalidad de la superficie sembrada se ha visto siniestrada. La situación se repite en Huejotitán, Matamoros, Rosario, Santa Bárbara, El Tule y Valle de Zaragoza, donde la producción de maíz se ha visto gravemente afectada.
Ante esta realidad, se requieren medidas inmediatas para mitigar las pérdidas y garantizar la seguridad alimentaria en la región. Los agricultores y autoridades locales están trabajando en estrategias adaptativas para afrontar las condiciones climáticas adversas y mantener la producción agrícola en la región.
La igualdad en la superficie sembrada y cosechada indica la eficiencia en la utilización del terreno cultivable y resalta la importancia de la comunidad hacia el cultivo de maíz, un recurso vital en la economía y alimentación de la región.
Los datos muestran una marcada disminución del 42% en la siembra de maíz en 2023 en comparación con las cifras estables de 2019, donde se sembraron y cosecharon 1,580 hectáreas.
En 2019, el municipio de Allende demostró coherencia en la superficie sembrada y cosechada, con un total de 730 hectáreas, indicando un buen manejo de los recursos disponibles. Hidalgo del Parral presentó una superficie sembrada y cosechada de 105 hectáreas, mostrando un enfoque preciso y efectivo en la gestión de la siembra. Huejotitán, con 44 hectáreas sembradas y cosechadas, optimizó su área cultivable para asegurar un rendimiento eficiente.
Matamoros invirtió significativamente en el cultivo de maíz, contando con 336 hectáreas tanto sembradas como cosechadas. El municipio de Rosario mantuvo la consistencia en la superficie sembrada y cosechada, alcanzando 100 hectáreas en ambos aspectos. Santa Bárbara demostró un uso efectivo de su área de cultivo, con 126 hectáreas sembradas y cosechadas. El Tule mantuvo una proporción equilibrada con 20 hectáreas dedicadas tanto para la siembra como para la cosecha de maíz. Valle de Zaragoza mostró una planificación precisa en la producción de maíz con 119 hectáreas sembradas y cosechadas.
En contraste, en 2023, debido a la sequía, la producción de maíz en la región se ha visto afectada. Se sembraron 915 hectáreas de maíz, pero más de la mitad de esta superficie, 582.5 hectáreas, ha sufrido siniestros debido a la falta de lluvias, representando una pérdida sustancial en la producción.