Se registra una disminución del 40 por ciento en el agua disponible para 2 mil 695 hectáreas de cultivos de Jiménez, lo que, según Roberto Baca Perea, jefe de la Sader en el Distrito de Jiménez, tendrá un impacto en 1,700 productores que el año pasado accedieron a 90 millones de litros de agua y este año sólo contarán con aproximadamente 54 millones.
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El Distrito de Jiménez enfrenta una inminente crisis hídrica que amenaza la producción agrícola de 2,695 hectáreas de cultivos, con una drástica disminución del 40% en el suministro de agua. La alarma fue sonada por Roberto Baca Perea, jefe de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en la región, quien advierte que esta situación tendrá un impacto directo en 1,700 productores locales.
El año pasado, estos agricultores accedieron a un total de 90 millones de litros de agua para sus cultivos. Sin embargo, en el presente año, se enfrentan a una reducción, disponiendo únicamente de aproximadamente 54 millones de litros de las presas de San Gabriel y Pico de Águila. Esta situación plantea una seria amenaza para la estabilidad económica de los agricultores y la seguridad alimentaria en el distrito.
Ante este escenario crítico, Roberto Baca Perea instó a la colaboración y solidaridad entre las autoridades locales, organismos gubernamentales y la comunidad en general. Se están evaluando medidas de emergencia y estrategias a largo plazo para enfrentar la crisis hídrica y garantizar la continuidad de la producción agrícola en Jiménez.
En 2023 se destinaron un total de 4 mil 800 hectáreas para diversos cultivos en el distrito. Sin embargo, en 2024, esta cifra se redujo a 2 mil 695 hectáreas, indicando una disminución del 43.23% en la extensión total de tierras dedicadas a la agricultura.
El cultivo de alfalfa, que ocupaba 2,300 hectáreas en 2023, sufrió una disminución del 34.78%, alcanzando las 1,500 hectáreas en 2024. Similarmente, el nogal, con una superficie de 880 hectáreas en 2023, se redujo en un 9.09%, llegando a las 800 hectáreas en 2024. Este declive también se refleja en los espárragos, pasando de 13 hectáreas en 2023 a tan solo 8 hectáreas en 2024, una reducción del 38.46%.
El cultivo de avena experimentó una disminución, pasó de 60 hectáreas en 2023 a 20 hectáreas en 2024, representó un decremento del 66.67%. Asimismo, el maíz forraje, que ocupaba 855 hectáreas en 2023, se redujo a 150 hectáreas en 2024, marcando una baja del 82.46%.
El titular destacó que la comparativa entre estos dos años resalta la importancia de abordar los desafíos climáticos y medioambientales de manera proactiva, así como la necesidad de estrategias a largo plazo para garantizar la resiliencia de la agricultura local en Jiménez.
De acuerdo con el reporte diario de la Comisión Nacional del Agua, las presas de San Gabriel y Pico de Águila registraron una disminución en sus niveles, alcanzando el 43% y 87% de su capacidad de almacenamiento, respectivamente. Estos valores, en comparación con el 100% registrado a principios del año 2023, confirman la gravedad de la situación y su rápida evolución.
En respuesta a esta escasez de agua, Baca Perea ha destacado la reducción del volumen de agua disponible para el presente año, lo que resultará en una disminución de alrededor de 1,200 hectáreas de cultivo en comparación con el año pasado.
Estas cifras reflejan un desafío significativo para los 1,700 productores del distrito, quienes se enfrentarán a una disminución sustancial en sus recursos hídricos, afectando directamente la productividad y sostenibilidad de sus cultivos.
Baca Perea señala que esta reducción tiene implicaciones económicas directas, especialmente en un contexto donde los precios de los productos agrícolas, como el nogal, han experimentado una brusca caída.
El jefe de la Sader también ha abordado la difícil situación laboral en el campo, donde a pesar de los salarios superiores al mínimo, la escasez de trabajadores persiste. La falta de mano de obra, junto con la baja calidad de los productos debido a las condiciones climáticas adversas, ha llevado a pérdidas significativas en la cosecha actual.
En cuanto a la pobreza en la región, Baca Perea ha matizado que, aunque se ha observado una reducción de la pobreza extrema en general, el sector agrícola enfrenta desafíos económicos significativos. La depreciación del dólar, los bajos precios y la difícil situación en la agricultura están creando un entorno adverso que afecta la estabilidad económica de la región.
La incertidumbre sobre la capacidad de las presas y la disponibilidad de agua ha llevado a discusiones sobre la posibilidad de un déficit de empleo y ha suscitado preocupaciones sobre el aumento de la pobreza en Jiménez.