El grupo parlamentario del PRI en el Congreso del Estado expresó su descontento ante la reciente reelección de Rosario Piedra al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Los legisladores del tricolor consideraron que esta decisión representa un acto de “imposición” que desatiende tanto las demandas de las víctimas como el respeto institucional hacia la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum.
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Guillermo Ramírez, presidente de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales y subcoordinador de la bancada priista, fue enfático al señalar que Piedra no figuraba entre los mejores perfiles para el cargo. Según Ramírez, su inclusión en la terna final fue impulsada por “intereses políticos”, dejando de lado los méritos y la preparación profesional. “La CNDH no debe estar sujeta a acuerdos partidistas, sino a una selección basada en capacidad y compromiso con la defensa de los derechos humanos”, subrayó el diputado.
Los legisladores priistas denunciaron que esta decisión no sólo obedeció a acuerdos excluyentes, sino que refleja la continua influencia de un expresidente que ya no ocupa la silla presidencial. “Es alarmante que la autonomía de la CNDH se vea comprometida para cumplir con intereses de quien busca prolongar su influencia, aún cuando el mandato de la ciudadanía ha cambiado”, agregó Ramírez, en clara referencia al expresidente López Obrador.
En su crítica, el PRI destacó que la reelección de Piedra en el Senado dejó desprotegidas a víctimas de distintas causas. Para los diputados, los senadores de Morena y sus aliados han preferido cerrar filas en torno a sus privilegios, sin escuchar las voces de los sectores más vulnerables del país: desde las madres buscadoras, hasta los enfermos sin acceso a medicamentos y los pueblos indígenas desplazados. “La política no debería servir para aplastar los derechos de quienes más necesitan justicia”, enfatizó Ramírez.
La bancada del PRI también lamentó que esta acción representara un agravio para la Presidenta Claudia Sheinbaum, quien según afirman, ha promovido una visión renovada para la CNDH, buscando fortalecer su autonomía y efectividad. No obstante, los priistas señalaron que los operadores del expresidente en el Senado decidieron respaldar a Piedra, en detrimento de la postura de la mandataria actual.
Ramírez subrayó que esta reelección parece ser un reconocimiento al respaldo que Piedra brindó al gobierno anterior, aunque eso signifique cuestionar la autoridad de Sheinbaum y limitar su capacidad de liderar el país con independencia. “El mensaje de esta votación es claro: la Presidenta, incluso en los asuntos de derechos humanos, estará bajo la sombra de quien le precedió”, comentó.
Según los priistas, la Presidenta Sheinbaum había impulsado la candidatura de Nashieli Ramírez, figura que en su opinión era idónea para encabezar la CNDH y restablecer su papel como defensora de la ciudadanía. Sin embargo, los senadores oficialistas, bajo presiones externas, modificaron la terna de último momento para asegurar la reelección de Piedra.
El PRI concluyó con un llamado a la autonomía real de los órganos de derechos humanos y al respeto por las decisiones de la Presidenta Sheinbaum, destacando que su bancada continuará exigiendo transparencia y profesionalismo en la elección de las autoridades que deben velar por los derechos de los mexicanos.