En la Plaza Principal se llena de color y tradición con la llegada de la señora Candelaria González y su familia, provenientes de Norogachi, Guachochi. Con manos expertas y un profundo amor por su herencia cultural, esta familia rarámuri ofrece una variedad de artesanías únicas que buscan conquistar a los parralenses y visitantes.
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Entre los productos que exhiben destacan canastos, flores, pulseras, muñecas, collares, cucharas, juguetes y llaveros, todos elaborados a mano con técnicas ancestrales. La venta de estas piezas no solo representa un sustento económico para la familia, sino también una manera de compartir su legado y mantener viva su lengua y tradiciones.
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“Venimos desde Norogachi con la esperanza de vender la mayor cantidad de productos posibles para mantener a nuestra familia”, expresó doña Candelaria, mientras organizaba sus artesanías. La familia llegó hace dos días y planea permanecer una semana más, con la expectativa de mejorar su situación económica y regresar a su comunidad con recursos suficientes.
Lo que hace aún más especial esta visita es que toda la familia habla su lengua originaria, el rarámuri, lo que convierte cada interacción en un encuentro con una riqueza cultural invaluable. “Es bonito que la gente se interese por nuestro idioma y nuestras cosas, porque así nos sentimos más fuertes”, comentó una de las hijas de doña Candelaria.
La Plaza Principal de Parral se ha transformado en un punto de encuentro cultural, donde los visitantes pueden adquirir piezas que cuentan historias de tradición y resiliencia. “Cada canasto o muñeca que compran nos ayuda a seguir adelante. Agradecemos mucho a las personas que nos apoyan”, agregó la artesana.
Los productos no solo son un reflejo de la creatividad y destreza de esta familia, sino también un recordatorio de la importancia de valorar y preservar las raíces indígenas. “Cuando compran nuestras artesanías, no solo nos ayudan, también llevan un pedacito de nuestra cultura con ellos”, explicó con orgullo.
El tiempo que la familia González estará en Parral es limitado, lo que añade un motivo más para acercarse a conocer y apoyar su trabajo. Cada compra es una forma de contribuir al bienestar de esta familia que, a pesar de las adversidades, sigue luchando por mantener sus tradiciones.
Con su presencia, la señora Candelaria y su familia no solo buscan sobrevivir, sino también fortalecer los lazos entre culturas, invitando a los parralenses a descubrir la riqueza que yace en las manos de los artesanos rarámuri. Si pasas por la plaza Principal, no dudes en apoyarlos.