"Crisis de fe y pérdida de valores dentro de la cultura y en las familias, afecta que los jóvenes ya no vean como una opción el ingresar al seminario, para consagrar su vida a Dios por medio del sacerdocio", expresa el encargado de la Pastoral Vocacional del Seminario de la Diócesis de Parral, padre Hipólito Roacho.
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El encargado de la Pastoral Vocacional del Seminario de la Diócesis de Parral, padre Hipólito Roacho, comentó que actualmente en el Seminario Diocesano, se encuentran en formación 12 seminaristas, distribuidos en los diferentes grados.
Explicó que en el primer año correspondiente a la etapa de introductorio, trabajan en afianzar la fe y la vocación, conocimiento de las verdades de la Iglesia, aclaran las dudas en torno a su decisión, y se les brindan herramientas de crecimiento humano.
Luego pasan al estudio de la filosofía, durante tres años y posteriormente en la tercera sección de la formación que es la teología, la cual lleva un estudio de cuatro años, siendo en total, ocho años de formación.
El presbítero Roacho Ceniceros comentó que actualmente se encuentran en el primer año de formación tres jóvenes, pertenecientes a los municipios de Parral, Santa Bárbara y Jiménez.
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En el segundo año, que es el primero de filosofía, se encuentran otros tres seminaristas provenientes de Santa Bárbara y Parral. En tanto, en el tercero, cuarto y quinto año, se encuentran vacíos los grupos.
"No tenemos a nadie en el tercer grupo, se quedaron vacíos, fueron jóvenes que ingresaron; sin embargo, en el transcurso del tiempo, decidieron dejar el seminario", expresó.
De igual forma, comentó que al realizar una lectura social y eclesial, la raíz del problema de la falta de vocaciones es la crisis de fe y pérdida de valores, dentro de la cultura y familias, lo cual afecta que los jóvenes ya no vean como una opción el ingresar al seminario para consagrar su vida a Dios por medio del sacerdocio.
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"Nuestra cultura ha perdido valores, han cambiado los criterios del mundo, debemos redoblar esfuerzos, incidir en proyectar los valores humanos, enfrentándonos a retos y desafíos".
Por último, expresó que una de las mayores promociones al sacerdocio, es el modelo que se observa en el mismo sacerdote; "Si los jóvenes ven un buen sacerdote, un buen modelo en el párroco, vicario, sacerdote y a la misma vez se integran en apostolados al servicio de la Iglesia, encuentros con Jesucristo, eso también los lleva a comprometerse y aclarar que Dios los llama".
"El sacerdocio es un llamado de Dios, es por eso que invitamos a todos aquellos jóvenes que sienten una inquietud vocacional, la Iglesia tiene un lugar para ellos, les ofrecemos un espacio para que puedan compartir su inquietud, aclararla, fomentarla y crecerla, respondiendo al llamado de Nuestro señor Jesucristo", finalizó.
