Hoy se conmemora el día Internacional de la Mujer Rural; mismo que se estableció desde 2008; se recuerda que el 76 por ciento de la población que vive en la extrema pobreza se encuentra en zonas rurales, sumado a que las entidades federativas con mayores índices de marginalidad coinciden con las de mayor porcentaje de población rural, lo cual repercute directamente en las condiciones de vida de la mujer campesina y singularmente en las de la mujer indígena.
Datos oficiales del portal de Gobierno Federal indican que el primer Día Internacional de las Mujeres Rurales, se nombró el 15 de octubre de 2008, establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde se reconoció la función y contribución decisiva de las mujeres rurales, incluidas las mujeres indígenas, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural.
Teniendo en cuenta que el 76 por ciento de la población que vive en la extrema pobreza se encuentra en zonas rurales, garantizar el acceso de las mujeres rurales a recursos agrícolas productivos empodera a las mujeres y contribuye a reducir el hambre y la pobreza en el mundo.
Según el Censo de Población y Vivienda se han llegado a contabilizar en el país 196,350 localidades rurales menores de 2,500 habitantes, sumaba 26 millones, representando 23.2 por ciento de la población total del país; alrededor de 13.4 millones son mujeres y 12.9 millones son hombres. De acuerdo al índice de femineidad, hay 104 mujeres rurales por cada 100 hombres rurales. La edad media de las mujeres rurales es de 23 años y 22 para los hombres, mientras que la correspondiente a las mujeres de grandes ciudades de 100 mil y más habitantes es 29 y 27 años, respectivamente.
Las estrategias de sobrevivencia de las mujeres rurales han evitado que la producción interna de alimentos se desplome, que aumente más la pobreza, que la migración sea totalmente compulsiva y que la desestabilidad social se agrande, las mujeres requieren que se revalore su posición en la sociedad y se busquen las mejores condiciones educativas para las jóvenes en particular.
Visibilizar y reconocer el papel que tienen las mujeres rurales como agentes clave para conseguir los cambios económicos, ambientales y sociales necesarios para el desarrollo sostenible. Así como trabajar en programas y proyectos del gobierno federal para implementar acciones tendientes a apoyar los proyectos productivos, al crédito, la asistencia sanitaria y la educación dirigidos a mujeres del ámbito rural. Uno de los problemas más recurrentes es la propiedad de la tierra y la identidad jurídica.