No todos los niños tienen la oportunidad de equilibrar su educación con momentos de esparcimiento y convivencia con los amigos, tal es el caso de los pequeños Christian y Josué, quienes a sus 10 y 12 años, respectivamente, se dedican en las mañanas a tapar los baches con ayuda de una escoba, para en las tardes irse a la escuela; lo anterior, con la finalidad de conseguir un dinero extra para ayudar a su familia.
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Por costumbre, se piensa que los niños por derecho tienen acceso a la educación, y por obligación apoyar en las labores del hogar, y cuando esto logra su cometido, la gratificación se encuentra en salir a jugar con amigos.
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Sin embargo, no todos los pequeños tienen esta fortuna, tal es el caso de Christian de 10 años y Josué de 12 años, quienes se levantan temprano, desayunan, realizan la tarea y salen con su escoba en mano para trabajar, cubriendo baches en la avenida Elisa Griensen y Felipe Pescador.
Hay días buenos en el que los conductores abonan a la causa y los pequeños logran juntar entre 100 y 150 pesos; sin embargo, hay otros en donde solo alcanza apenas para un “kilo de tortillas”.
Según lo expuesto por el pequeño Christian, el más sonriente, el motivo de su trabajo es porque desea ayudar a la economía de su familia, la mayor parte del dinero juntado lo entrega a su mamá y sus tres hermanos, más pequeños que él.
En tanto, lo que resta lo utiliza para lograr comprar alguna golosina en el recreo, durante la tarde, en la que se dedica a sus estudios.
“La verdad, no me da miedo que pasen los carros, aquí entre los dos nos cuidamos, vengo porque quiero ayudar a mis papás, y que mis hermanos tengan algo que comer, en las tardes voy a la escuela porque de grande sueño con ser militar para cuidar a la gente”, expresó Christian.
Por su parte, Josué compartió; “nadie nos paga, nada más la gente qué pasa en sus carros y nos da una moneda, mi papá es el único que trabaja en la casa, porque mi mamá cuida a mis hermanos, y pues yo le quiero ayudar a mis papás para que no batallen tanto”.
