Las lluvias que comenzaron el pasado domingo continúan teniendo un impacto positivo en los niveles de las presas locales en el estado de Chihuahua. Un seguimiento de los datos muestra que la presa Pico de Águila registró un aumento adicional, pasando del 38.2 al 38.8 por ciento de su capacidad, mientras que la presa San Gabriel se ha mantenido en un saludable 56.6 por ciento de su capacidad.
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Estos resultados son alentadores y destacan la importancia de las precipitaciones recientes en la región. El observatorio de Jiménez informó que se captaron hasta 11 milímetros de lluvia, lo que ha contribuido a esta mejora en los niveles de agua en las presas.
Esta tendencia positiva en el nivel de las presas es de gran relevancia, ya que beneficia no sólo a la disponibilidad de agua para consumo y riego, sino también a la resiliencia de la región frente a la sequía.
Las autoridades de Protección Civil y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) continúan monitoreando de cerca la situación para garantizar la gestión adecuada de los recursos hídricos y la seguridad de la población en caso de precipitaciones adicionales.
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A medida que las lluvias continúan beneficiando los niveles de agua en las presas locales de Chihuahua, es importante destacar que a principios de este año, estas presas se encontraban en su máxima capacidad. Sin embargo, la sequía prolongada que afectó la región durante los últimos meses las redujo considerablemente.
A pesar de esta disminución, el seguimiento de datos recientes muestra que la presa Pico de Águila ha experimentado un aumento adicional, pasando del 38.2 al 38.8 por ciento de su capacidad, mientras que la presa San Gabriel se ha mantenido en un saludable 56.6 por ciento de su capacidad.
Este contraste subraya la importancia de las precipitaciones recientes en la región. A principios de este año, las presas se encontraban en su punto máximo, pero la sequía amenazó significativamente el suministro de agua.
Las lluvias actuales han sido un alivio bienvenido y han contribuido a recuperar parte de la capacidad de almacenamiento de las presas. Esta tendencia positiva es de gran relevancia, ya que no solo beneficia la disponibilidad de agua para consumo y riego, sino que también fortalece la resiliencia de la región ante futuras sequías