De cajeta, durazno, fresa o chabacano, la mayoría ha probado un churro relleno de los que preparan en la tienda del Centro de la ciudad, establecimiento con más de 35 años de experiencia.
A partir de este momento quiero recibir las noticias a mi celular
Raúl Baca Morales, dueño y fundador de un negocio ubicado en la calle Coronado del Centro Histórico de Parral narró parte de la historia de cómo abrió la tienda de churros rellenos que, desde hace tres décadas, ha deleitado los paladares de cientos de visitantes.
Era el año 1987, el acababa de salir de la preparatoria, recién cumplida su mayoría de edad, era el punto donde debía de elegir a qué se iba a dedicar en adelante.
Te puede interesar: ¿Parral es 'La Capital del Mundo'? La razón por la que la ciudad en Chihuahua tiene este 'apodo'
La escuela no fue lo de don Raúl, pero su mamá le dijo que debía dedicarse a algo, ya que el valor del trabajo siempre estuvo presente en la familia tradicional del dueño de uno de los establecimientos más típicos de nuestra ciudad.
Es una historia repetida el bajar al Centro de la ciudad a realizar compras y no dejar de pasar por la churrería a disfrutar de los sabores típicos: fresa, chabacano, chocolate, durazno y no, no podrían faltar los de cajeta, sabor que siempre está disponible.
Lo anterior lo confirma el propio Baca Morales, quien explicó que a pesar de que todas las edades acuden a disfrutar un “churro”, son los más pequeños del hogar quienes siempre piden como golosina este alimento preparado con harina, azúcar y otros productos.
La receta según lo pudo narrar fue enseñada por su madre, quien le consiguió la primera máquina con una de sus tías originarias de Durango, todo con el fin de que pudiera emprender su primer negocio, que terminó por ser un éxito desde que se inauguró a finales de la década de los ochenta.
“Llegamos y tuvimos algunos competidores en ese año, unos se fueron y otros quedaron”, aseguró el entrevistado al explicar que su establecimiento es de los pocos del giro que sigue activo en la actualidad.
Anteriormente se encontraba ubicado al costado de la Fotografía Esparza, que terminó por dejar de operar, lo que fue aprovechado para que el local se expandiera, ya que antes la fachada principal era nada más la maquina al ras de la banqueta.