José Torres mejor conocido como “Che Tacos”, originario de Pénjamo, Guanajuato, parralense por adopción tras su llegada en el año de 1979, dio origen a una de las mayores tradiciones culinarias en la localidad, comenzó en el municipio de Santa Bárbara en el año de 1981, una de sus experiencias más recordadas fue su asistencia al Palacio de Gobierno cuyos comensales fueron el ex Presidente de la República, Enrique Peña Nieto y la ex primera dama Angélica Rivera.
Toda una costumbre de antaño para los parralenses y los que no son, el ir a comer unos tacos de bistec con quien ha hecho de este platillo una tradición que forma parte de la cultura local.
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José Torres mejor conocido como “Che Tacos” de origen guanajuatense pero que por azares del destino llegó al estado grande de la República Mexicana específicamente al pueblo más antiguo de la entidad, Santa Bárbara.
Ahí comenzó a vender tacos en dos carros, a las afueras del histórico Cine Alcázar; sin embargo solo duró un año en el referido municipio.
No obstante Che Tacos no corrió desde un inicio con la suerte con la que ahora goza, ya que tuvo que pasar una serie de dificultades para poder tener la aceptación de las personas.
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Pues ser originario de otro estado le costó el que lo llamaran “chilango”, pero tras años de esfuerzo y constancia logró configurarse como líder de la agrupación Frente Único de Vendedores Fijos y Semifijos.
Nació en Pénjamo, ciudad cabecera del municipio homónimo, uno de los 46 municipios del Estado mexicano de Guanajuato, posteriormente se trasladó a La Piedad, Michoacán y de allá arribó hasta Santa Bárbara.
Che Tacos estuvo en el Palacio de Gobierno donde preparó comida durante el primer grito de Independencia que brindó el ex gobernador César Duarte, en donde asistió el entonces Presidente de la República, Peña Nieto y la primera dama Angélica Rivera.
“Me iba muy bien allá en Santa Bárbara, pero las minas se fueron a huelga y pagaron a los trabajadores y se acabó el trabajo, teníamos dos carros de tacos y solo nos quedó trabajo para uno. Cuando recién empecé en Parral era muy difícil porque todos los días me quitaba la policía porque no contaba con el permiso para vender”, refirió José Torres
En el año de 1982 arribó a la ciudad de Parral, ubicándose en la calle Ricardo Flores Magón, en la Colonia Juárez, y finalmente a un costado donde se situaba el Mercado Hidalgo, donde estuvo batallando por un largo tiempo “aquí si me hicieron ver mi suerte, pero de una forma muy difícil”.
“El dueño de la finca me dio permiso que me pusiera a vender ahí, yo le compraba toda la verdura a él, pero otras personas le hablaban a la policía para que me corrieran de ahí, me quitaban la mercancía y no me regresaban nada, al día siguiente tenía que volver a comprar todo, y me volvían a quitar”.
Tras la demolición del emblemático Mercado Hidalgo, los vendedores tuvieron que ser reubicados, hoy se encuentra en la calle Pablo Ochoa Méndez, en la Colonia Centro, a un costado del Mercado Hidalgo donde tiene 6 años.
Recordó que cierto día se encontró con una persona que en lugar de hacerle un mal, le hizo un bien, “había un señor enfrente de las Inhumaciones Loya, que también vendía, me acerque para saber cómo le hacía para estar ahí y ya me dijo que tenía permiso, yo le dije al ayudante del dueño, que era el presidente de una organización de vendedores, que me diera la oportunidad de vender ahí en su local por las tardes y él me dijo que sí, yo me puse a vender, pero un día llega un señor con una pistola muy enojado preguntándome porque estaba yo ahí, que quien me había dado permiso, a lo que yo le conteste que el dueño, y me dice que él era el dueño del punto y presidente de la organización y me quería correr.
Yo le comenté que el inspector ya me traía, porque me corría de todas partes y yo necesitaba trabajar, le dije entonces que si me dejaba quedarme aunque sea por esa tarde y me dijo que sí pero que nada más por ese día, ya que estuve con él aproveche para que me dijera cómo ingresar al sindicato, me dio un papel, eso paso un lunes y los miércoles se reunían en la Centenario, fui ese día a la junta sin saber de qué se trataba, ahí me presentó con los demás integrantes y les dijo que el inspector que se llamaba José Gutiérrez, pero le decían Che Gatos no me dejaba trabajar, y de ahí en adelante me dijo el presidente de la organización que cualquier problema que tuviera le hablara.
El jueves me pongo a trabajar y llega Che Gatos muy temprano y enojado a correrme, y en eso saco yo mi hoja que me dieron en la junta como miembro de la organización de los vendedores ambulantes.
De ahí en adelante no me volvió a llevar la policía; sin embargo, como yo vendía afuera de un restaurante me mandan a salubridad, y me revisan y ven que todo está bien, pero me dicen que el que no me quiere ahí es el dueño del restaurante, yo tenía mucha necesidad de trabajar, entonces me dice que me vaya a trabajar y pues me voy, finalmente el dueño accedió a que yo me quedara ahí aún y cuando yo tenía permiso”.