Caso Barbarita: una herida abierta a 18 años de su cruenta muerte

Agosto del 2006 es una fecha que quedó grabada para siempre en Parral por el terrible asesinato de la niña Barbarita

Christian Baeza / El Sol de Parral

  · lunes 19 de agosto de 2024

Las lágrimas de coraje y la impotencia se apoderaron rápidamente de los parralenses hace 18 años. Fotos: Archivo / El Sol de Parral

Se cumplen 18 años del homicidio de Bárbara Jazari Batalla Alvarado, pequeña de tres años de edad que marcó un panorama de terror en Parral. En el 2006 Parral se vio sacudida por un suceso desgarrador que marcó a la comunidad para siempre y que levantó críticas hacia las autoridades de aquel entonces. Aún a la fecha hay quienes todavía tienen dudas sobre la justicia que se hizo en ese entonces y de quien fue encontrado culpable de tan aterrador homicidio.

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En el año 2006 la tranquila ciudad de Hidalgo del Parral se vio sacudida por un suceso desgarrador que marcó a la comunidad para siempre: el asesinato de Barbarita, una niña de tan sólo tres años. Este caso que resonó en todo el estado e incluso en diversas partes del país, reveló la cruda realidad de la violencia que en ese entonces ocurría en esta ciudad.

Fue el 11 de agosto cuando una madre, preocupada por la salud de su hija, brindaba un reporte de desaparición de la menor de tres años, la cual estaba bajo el cuidado de su abuela en un domicilio de la colonia San Uriel.

Diversas autoridades se movilizaron a distintos puntos de la ciudad, con el fin de dar con su paradero; sin embargo, los esfuerzos y constantes operativos, no rendían frutos y la preocupación, se hacía presente entre los familiares de Barbarita, quienes se cuestionaban qué habría ocurrido con ella.

Fue al cabo de cuatro días que alrededor de las 16:00 horas al sistema de emergencias se reportaba el hallazgo de una bolsa negra en el patio de la casa de la madre de la pequeña, cuyo contenido causó terror entre los habitantes.

Se trataba de lo que, en ese momento, parecían ser los restos de una persona los cuales se encontraban desnudos, teniendo que solicitar el arribo por parte de las autoridades, quienes rápidamente aseguraron el objeto con el contenido.

El hermetismo por parte de las autoridades abrió paso a la especulación. “Encontraron a Barbarita”, comentaban entre los testigos. La concentración de más y más autoridades corroboró que se trataba de algo malo.

El arribo por parte de una unidad de la funeraria hasta el lugar de los hechos confirmó lo que todos temían y que hasta el momento no se hacía oficial, pero los vecinos sabían que se trataba de un cuerpo y que tal vez era el de Bárbara Jazari.

Juan Manuel F. fue detenido 3 días después de que se diera a conocer el feminicidio de Dulce María. Foto: Archivo | El Sol de Parral

Las lágrimas de coraje y la impotencia se apoderaron rápidamente de los colonos, quienes solicitaban justicia por parte de las autoridades aún cuando no oficializaban el cruel delito. Fue necesaria la presencia de las autoridades para calmarlos e impedir el paso.

Esa tarde la colonia San Uriel fue considerado el lugar más vigilado de la ciudad, la concentración de diversas autoridades de los tres niveles de gobierno estaban presentes para resguardar la escena y a los familiares de Barbarita.

Desde Chihuahua arribaba por órdenes de en ese entonces la procuradora de Justicia, Patricia González Rodríguez, la Fiscalía Especial para la investigación de Homicidios en Mujeres (Hoy FEM) para que ayudaran en las indagatorias.

El arribo de los padres de Barbarita al lugar confirmó con un grito desgarrador por parte de la madre lo que se temía. “Mi niña”, se escuchaba gritar a la madre de la menor mientras que su padre no daba crédito a lo ocurrido y rompía en llanto.

Tras varias horas los servicios periciales se retiraron de la vivienda con los restos de lo que parecía ser la menor; detrás de ellos los siguieron las diferentes unidades policiacas que se encontraban en el lugar.

Los vecinos de la colonia San Uriel se organizaban para irse a manifestar a la entonces Subprocuraduría y exigir justicia por el atroz crimen.

El grito de justicia para Barbarita

La investigación que siguió al crimen enfrentó numerosos obstáculos. Las autoridades locales, estatales y federales fueron criticadas por el manejo del caso, lo que puso de manifiesto la falta de protocolos adecuados para brindar protección a la ciudadanía. En este caso particular a los menores y garantizar justicia. La comunidad exigió respuestas y la presión social creció a medida que pasaban los días sin avances significativos en la investigación.

Fue siete meses después que un 20 de marzo en medio de la presión social fue detenida una persona, un hombre bajo la sospecha de ser el presunto asesino de Barbarita, a quien muchos señalaban como “practicante de rituales satánicos”.

Esta persona era de comportamiento errático, pues padecía de sus facultades mentales, al parecer de las personas, afirmaban que sólo se trataba de un “chivo expiatorio” para acallar el descontento de la sociedad, abriendo con ello un debate social.

Las declaraciones realizadas por la Subprocuraduría de Justicia detallaron cómo es que ocurrieron los hechos en los que el detenido y presunto asesino había realizado el homicidio de Barbarita, entre otras pruebas que apuntaban a que él era el asesino de la menor.

El homicida de la pequeña recibió una condena de 31 años de prisión por el delito de homicidio calificado; sin embargo, tras 12 años preso fue puesto en libertad en 2019 y durante un año y medio estuvo libre.

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No obstante, una nueva orden de aprehensión se libró en su contra. Fue el 19 de febrero de 2021 cuando logró ser reaprehendido en el municipio de Madera. Un Tribunal de Segunda Instancia incrementó la pena hasta 43 años de prisión con nueve meses.