El mercado de la carne seca en Parral ha enfrentado altibajos debido a la economía, pero aún conserva su atractivo para locales y turistas. José Eulogio Hernández Lozoya, vendedor con más de 15 años de experiencia, comenta que aunque las ventas son irregulares, el producto sigue siendo solicitado, sobre todo por visitantes de otros estados. “Hay días buenos y días malos”, señala, explicando que la economía y los bajos salarios de la región influyen en el comportamiento del mercado.
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Hernández subraya que el principal obstáculo es el poder adquisitivo de los parralenses. Sin embargo, es la clientela foránea la que mantiene viva la venta. Muchos de sus clientes son personas que van de paso hacia ciudades como Torreón y Durango, así como turistas que escuchan recomendaciones de taxistas locales para adquirir este producto tradicional.
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Un aspecto que distingue la carne seca que vende Hernández es su método de preparación. A diferencia de las versiones industriales que se encuentran en supermercados y tiendas de conveniencia, su producto es de rancho, lo que le da una textura más jugosa y un sabor más auténtico. “Esta carne no está deshidratada con máquinas, conserva su jugo, y eso es lo que más le gusta a la gente”, señala.
A pesar de los desafíos económicos, Hernández asegura que ha mantenido los precios estables durante los últimos dos años. Actualmente, el kilo de carne seca cuesta 800 pesos, hace dos años costaba 700 pesos, pero el vendedor explica que, aunque el proveedor ha subido el precio ligeramente, él prefiere no aumentar demasiado para no ahuyentar a los clientes. “No queremos correr a la gente; si subimos, lo hacemos de a poquito”, comenta.
Las ventas, aunque regulares, experimentan un aumento significativo durante las temporadas vacacionales. Hernández estima que en promedio atiende a entre 15 y 20 clientes al día, pero durante las vacaciones, este número puede multiplicarse. “Muchos vienen de Parral y mandan carne seca a Estados Unidos. En esos tiempos vendemos hasta 10 o 15 bolsas por cliente”, afirma.
Uno de los factores que hace que la carne seca siga siendo popular, según Hernández, es el sabor adictivo que tiene. “Es como que te pica, no puedes dejar de comerla”, dice entre risas. Este producto sigue siendo una opción preferida para camioneros que buscan un alimento práctico para sus largos viajes y para aquellos que desean un sabor auténtico del norte de México.
A pesar de que la carne seca no es un producto de primera necesidad, sigue siendo considerada un lujo accesible para quienes buscan disfrutarla en familia o llevarla como regalo a otras partes del país y del extranjero. Según Hernández, los fines de semana son los momentos en los que más ventas registra, aunque entre semana también hay flujo constante de clientes.
La expectativa ahora está en que lleguen las vacaciones para aumentar las ventas, ya que es cuando más personas de fuera llegan a la ciudad. Hernández se mantiene optimista, esperando que este producto tradicional siga conquistando tanto a parralenses como a visitantes en busca de la auténtica carne seca.