Cae una nueva víctima de Jesús “El de las gomitas” como es conocido, el cual ha estafado a un gran número de personas parralenses, hoy de nueva cuenta una mujer cuyo único sustento es la venta de frituras, entregó alrededor de ocho mil pesos y fue defraudada por este hombre, que hasta el momento no se sabe de su paradero, pues no dejó ni rastro del camino que tomó.
Jesús “El de las gomitas” como es conocido por un considerable número de parralenses, los cuales lo describen como un hombre atento, respetuoso, amable y trabajador, pues llegaba a las oficinas de gobierno o algunos negocios para ofrecer sus productos, ya que iba cargado con una historia de su hija enferma, la cual era su motor para salir adelante.
Pero ¿Quién iba a pensar que dentro de esas virtudes se escondía, una doble intención?, absolutamente nadie se atreve a desconfiar de una persona que está atento ayudar a los demás, que trabaja por superarse y brindar las condiciones necesarias a su familia a través de su esfuerzo cotidiano.
En entrevista con una de sus tantas víctimas, una mujer quien omitió su nombre por temor a represalias, cuyo único sustento es la venta de dulces y frituras, al recordar la historia se cristalizan sus ojos y comienzan a rodar sus lágrimas, no deja de frotarse sus manos mientras recuerda el hecho, pues ya perdió lo que por tiempo le ha costado construir.
La enredadera comenzó en la Feria del Hueso, pues este hombre le ayudaba a la víctima a desmontar su puesto como cada día, posteriormente la invitó a asociarse con él, para solventar el pequeño negocio que ella había construido.
Ella accedió, la asociación iba bien pues ella le entregaba parte de su mercancía para que el también vendiera, Jesús le entregaba parte de las ganancias obtenidas, ya que él le prometió multiplicar las ganancias, con lo que sería posible solventar sus gastos, ella con la emoción de saber que sus ventas incrementarían, daba más de lo que podía.
Conforme pasó el tiempo le fue pidiendo mil 500 pesos, con la excusa que tenía otros negocios y que saliendo de ese se los repondría, ella se los entregó, después dos mil 500, y también los entregó al final cinco mil, a lo que ella ya no pudo entregar.
Para el domingo 21 de noviembre le dijo que irían a vender a la PRI, por lo que le pidió 150 bolsas de chicharrines, lo que representa un total de mil 500 pesos, y lo que no vendieran en dicho sector le ayudaría a terminar en la fiesta de Santa Cecilia, con la promesa de que poseía un puesto para vender.
Cual fue la sorpresa de esta mujer, que al llegar el domingo no estaba Jesús, en la tarde lo buscaron y no encontraron rastro de él, marcaron al celular en donde habían entablado conversación y siempre mandaba al buzón, preguntaron por Jesús “El de las gomitas” y nadie lo había visto.
Un total de ocho mil pesos perdió esta mujer por confiar de primera instancia en una buena intención, pues sus ganas de salir adelante, su enfermedad, y los préstamos que había solicitado para emprender juntos el negocio la llevaron a creer en esa jugosa multiplicación de ventas.
Hoy en día, la víctima no pide que le regrese su dinero, sino que ahora tiene miedo de que Jesús haga algo en contra de ella, pues la comerciante sigue trabajando con lo poco que posee, ya que lo único que le dejó fueron una serie de deudas a causa de los préstamos que pidió.
Hasta el momento nadie sabe de este hombre, ni Jesús ni su esposa Griselda contestan el teléfono, en el domicilio que informó sólo se encuentran fincas destruidas, por lo que no se sabe de su paradero.
Cabe mencionar que Jesús “El de las gomitas” es un perfecto tejedor de negocios, pues la mujer antes referida no ha sido la única víctima que ha caído en la enredadera de sus historias visionarias.
También los planes de un niño se vieron destruidos, una fiesta para celebrar su cumpleaños, su mamá, una trabajadora de una oficina gubernamental, puso sus esperanzas en dicho hombre al cual conocía con el nombre de Jesús.
El defraudador se comprometió a entregar mesas de dulces, mejor conocidas como “Candy Bar”, conseguir platillos de barbacoa de bajo costo, un show de payasos, pinta caritas, un “brinca-brinca”, y hasta las bolsas de dulces para entregar, todo ello con un valor cercano a los 10 mil pesos.
Como le fue posible, la madre consiguió el monto para pagarle, poco a poco fue liquidando el total de la deuda, y de la nada, el pasado domingo el vendedor de gomitas ya no respondió su teléfono.
Ella esperó a que Jesús acudiera a la oficina como cada martes y jueves, pero su sorpresa fue que ya no regresó, con desesperación buscaba al hombre amable pero este ni las llamadas respondía, también se cansó de mandar mensajes que tampoco eran respondidos.
La madre decidió ir al sitio donde una vez le entregó dinero al estafador, pero recorrió la colonia y nadie sabía de él, no lo conocían, hasta que una persona desconocida le dijo que este hombre se hospedaba en un hotel llamado Pinos Altos. Ahí el encargado le dijo que él también había sido víctima de dicho sujeto, cada sábado le cobraba la renta de su habitación, acumuló dos semanas sin abonar, que al cobrarle este le prometió que el lunes siguiente saldaría la deuda, su sorpresa fue que el domingo anterior salió del hotel sin que nadie lo viera.
Varios compañeros de trabajo de la mujer le dijeron que ese mismo vendedor de gomitas les ofreció un iPhone 13 a mitad de precio, por lo que entre un grupo de trabajadores le dieron alrededor de 28 mil pesos.
Otra mujer conoció a Jesús y dijo que él le prometió un negocio en conjunto, que ambos iban a establecer un Candy Bar, le pidió dinero y consiguieron sus primeros clientes, quienes entregaron una cantidad, parte de lo que iba a salir del servicio, todos ellos perdieron su dinero.