Cae la primera querella contra grupo Aras en Parral, pese a la tensión que impera en la capital del estado; en la Capital del Mundo, inversionistas mantienen la calma, por lo que no ha repuntado el número de denuncias. El hecho trae a la memoria el fraude de grupo Pegaso en la década de los noventa.
La incertidumbre por la posible quiebra financiera o fraude por parte del grupo promotor de inversiones Aras, ha llegado a los clientes que con los que este consorcio cuenta en la ciudad de Parral.
En la ciudad de Chihuahua, la Fiscalía General del Estado ha aglutinado cerca de un centenar, de alrededor de 300 denuncias que se han presentado en la entidad contra el ente financiero. Parral se une a la lista de municipios que han procedido de manera legal contra Aras.
Según lo informó la Fiscalía Zona Sur, en Parral ya se recibió la primera denuncia contra esta empresa, la cual a días de cumplir seis meses de su llegada a la Capital de Mundo, se ve envuelta en la controversia por no poder entregar a tiempo rendimientos y capital a sus clientes.
Hasta el momento la versión oficial que circula en las redes sociales de grupo Aras asegura que no están en quiebra y descartan cualquier tipo de irregularidad, bajo la premisa de una reestructuración en el modelo de negocio principal de la empresa, garantizando que todo se normalizará.
No obstante, apenas el pasado 17 de noviembre, la Comisión Nacional Bancaria de Valores, inhabilitó a la empresa para continuar recibiendo recursos por parte de sus clientes en el estado de Chihuahua, así como otras de las ciudades donde Aras tiene presencia.
El hecho ha traído de vuelta a la memoria colectiva el mega fraude que la empresa denominada “Grupo Pegaso” cometió en Parral durante los primeros años de la década de los noventa, cuando escapó con el patrimonio de cientos, si es que no miles de familias de la región.
Bajo el respaldo del corporativo “GIza Integral SA. De CV.”, grupo Pegaso cautivó tanto a conocedores en el tema de la inversión, así como a ajenos que vieron una oportunidad para allegarse de recursos prácticamente por arte de magia, del genio de las inversiones, pegaso.
Y ¿Cómo no quedar fascinado?, si la empresa daba rendimientos mensuales de casi hasta el cincuenta por ciento del capital invertido. Rápidamente todo mundo quiso ser inversionista en el exitoso negocio.
No faltó quien renunció a su empleo para invertir su finiquito, otros vendieron casas y vehículos, mientras que algunos adquirieron fuertes deudas con bancos para allegarse de capital para la inversión.
Ello permitió que el grupo cumpliera de forma oportuna con el pago de dividendos y retorno de capital a sus clientes, que en un corto tiempo no solo fueron gente de Parral, sino que también lograron captar a personas de otros municipios de la región, así como del norte de Durango.
En aquel entonces los conceptos de esquema piramidal o esquema de Ponzi, no eran tan comunes como hoy en día, por lo que nadie imaginaba que algo pudiera salir mal. Una vez captado todo el mercado, se acabaron los nuevos inversionistas y con ello el capital fresco que permitiera responder a los de mayor antigüedad.
SE LOS TRAGÓ LA TIERRA
Las quejas son se hicieron esperar, y al no poder dar una respuesta a sus inversionistas, grupo pegaso y sus representantes se esfumaron, se los tragó la tierra con todo y el dinero de las familias que confiaron y vieron en ellos una oportunidad de incrementar su patrimonio.
Los defraudados se organizaron y conformaron agrupaciones como el denominado “Circulo Progresista Popular Parralense”, que frecuentemente se reunía en un inmueble de la colonia el Milagro y en ocasiones en un salón de la parte alta de la actual Comandancia de Policía, donde se reunían evidencias para presentar sus denuncias en la entonces oficina de averiguaciones previas.
Casi 30 años han pasado del fraude que trascendió las fronteras de Parral y del estado, y nadie sabe, nadie supo que fue de la gente de Grupo Pegaso ni del dinero de los parralenses, de los cuales, aún hay quienes pasaron de tener un patrimonio solido a vivir de renta, de tener un vehículo bueno a andar a pie, o en un carrito modesto, incluso, a migrar.
Dicen que los tiempos y las personas cambian, pero los errores y los delitos son los mismos, algunos con diferente nombre, pero iguales en esencia, por lo que ahorita hay quienes esperan que la historia de Grupo Pegaso, no se vuelva a repetir.