A sus 21 años, el baterista, Francisco Rueda, ha conquistado diversos escenarios de Latinoamérica; como Perú, Panamá, Chile, Argentina y Colombia, así como de la República Mexicana, en el emblemático Auditorio Nacional; desde pequeño surgió su interés por la música, un camino en donde ha enfrentado retos; sin embargo, ve en esta pasión, una oportunidad para desarrollarse.
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El baterista, Francisco Rueda, originario de Parral, brindó una entrevista para esta Casa Editorial, en donde compartió las experiencias que gracias a la música ha presenciado, además de los retos que ha enfrentado durante su carrera.
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¿Dónde surgió el deseo de incursionar en la música?
Realmente es un misterio cómo empezó esto de la música, el recuerdo que tengo es que mis papas me compraron una batería pequeña, pero desde ese momento las cosas se fueron dando.
¿Cómo fue su preparación?
Cuando tenía siete años tomé mi primera clase, con el maestro Tomy Ramírez y de ahí él me envió a una escuela de batería con el maestro Jesús Manríquez.
Aparte de la música, ¿qué otra actividad realiza?
Actualmente estoy estudiando en la Universidad Autónoma de Chihuahua en la Facultad de Bellas Artes, voy en octavo semestre.
¿Cuál fue el primer evento importante para usted como baterista?
Depende de qué magnitud lo veamos, a nivel local, el primer escenario grande que pise fue en un evento del 30 Aniversario del CBTis 228, en la Plaza de la Identidad con un público grande, ya fuera de la ciudad el primer concierto que di fue en León, Guanajuato en un festival en diciembre del 2021.
¿Cuál ha sido el apoyo de tus papás?
A mí desde pequeño me ha gustado mucho el deporte y yo veía que justamente con esa actividad me apoyaron, siempre en lo que me he dedicado han estado conmigo, en el momento en el que me decidí por la música vieron la pasión que tenía, el tiempo que le dedicaba, y percibieron el camino que debía tomar.
¿Qué tan difícil ha sido incursionar en esta área de las Bellas Artes?
Ha sido difícil porque es un camino en donde no se abren muchas oportunidades, pero a la vez ha sido fácil porque nunca lo he visto como un trabajo o una carrera en donde necesite buscar oportunidades sino que todo se ha ido dando solo, desde que me empezó a gustar la música, empecé a ensayar mucho al grado de que las cosas se dieron solas sin tener que buscarlas.
¿Crees que ser artista en Parral es difícil?
Totalmente sí, porque la escena de la música en la ciudad es pequeña, y normalmente, tendemos a cerrarnos en un solo género, y hay gente que quiere experimentar otras cosas, pero aquí no hay suficientes lugares para presentar tu música.
¿En qué lugares te has presentado?
Desde que estaba en la ciudad, me presente en varios lugares, me fui a Chihuahua y visite diversas ciudades del estado, pero ya cuando salió la oportunidad de incursionar en donde estoy, he tenido el placer de conocer la mayoría de los estados de la República Mexicana, acabo de llegar de una gira por Sudamérica, estuvimos en Perú, Colombia, Ecuador, Argentina, Chile, y Paraguay.
¿Qué estás realizando actualmente?
De momento, estoy colaborando con un artista, que se llama Kevin Kaarl, en la escuela hay un joven que toca la guitarra, y él le dio clases al artista y a su hermano, un día, él requería formar una banda para la presentación en León, el me invitó a audicionar para el cantante y un día fuimos y nos quedamos.
¿Cuáles son tus metas?
Mi objetivo es poder seguir en la escena, trabajar y vivir de la música, me gustaría tener mi proyecto, pero ahorita estoy muy enfocado a ser músico de sesión, que es estar con varios artistas, poder grabar un disco en un estudio, ya que estoy aquí, mantenerme en este tipo de nivel de trabajo.