Disminuye un 18 por ciento la tasa de natalidad en Hidalgo del Parral, en comparación a hace 50 años, ya que del año 1960 a 1970 según el censo poblacional se registraron 59 mil 991 nacimientos, en contraste con el censo correspondiente 2010 a 2020 en el que indica que solo hubo 48 mil 796 nacidos.
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De aquí surgen las políticas públicas en materia de planificación familiar y anticoncepción las cuales se remontan hacia el año 1970 cuando la fecundidad y el crecimiento de la población alcanzaron los niveles más altos en la historia del país y expertos en población comenzaron a recomendar dos o tres hijos por familia; sin embargo, la iglesia refiere que hay muchas maneras de planificación familiar aprobadas por la institución por lo que se opone al uso de métodos anticonceptivos artificiales y a las ideologías sobre el control de natalidad las cuales pretenden ser impuestas sobre las familias, lo anterior en el marco del Día Internacional de la Planificación Familiar que se conmemora el 3 de agosto.
El Día Internacional de la Planificación Familiar, la cual se celebra cada 03 de agosto, es un conjunto de prácticas que intentan brindar orientación a las parejas para el control de la reproducción, lo que les permite decidir cuántos hijos desean tener con base a sus posibilidades, mismas que les brinda el derecho de acceder a la salud, la educación y disfrutar de una mejor calidad de vida.
La planificación familiar abarca la educación sexual, la prevención y el tratamiento de las enfermedades de transmisión sexual, el asesoramiento antes de la concepción y durante el embarazo, así como el tratamiento de la infertilidad, donde además esta fecha se destina para la difusión de información sobre los diferentes métodos y sus ventajas para la prevención de embarazos no planificados e infecciones de transmisión sexual, especialmente en jóvenes y adolescentes.
Estas prácticas permiten alargar el tiempo de los embarazos en mujeres jóvenes, que tienen mayor riesgo de presentar hemorragias, convulsiones o muerte por causa de la procreación prematura. Además, intenta evitar los embarazos no deseados, incluidos los de mujeres adultas, las cuales también pueden incluso llegar a la muerte, la planificación permite además que las mujeres decidan el número de hijos que desean tener ya que se ha comprobado que las mujeres que tienen más de cuatro hijos se enfrentan con un riesgo mayor de muerte materna.
Según Sector Salud los métodos anticonceptivos que más conocen las mujeres de 15 a 49 años son la oclusión tubaria bilateral (OTB) con el 84.4 por ciento, le siguen las hormonales que incluye anticonceptivos inyectables, implantes subdérmicos, anticonceptivos orales, parche anticonceptivo, píldora de emergencia, anillo (nuvaring) y dispositivo intrauterino con hormonas con el 8.9 % por ciento y con menor porcentaje la vasectomía registrando el 5.6 por ciento.
Por su parte la Iglesia declara en la misión de transmitir la vida, los esposos no quedan, por tanto, libres para proceder arbitrariamente, como si ellos pudiesen determinar de manera completamente autónoma los caminos lícitos a seguir, sino que deben conformar su conducta a la intención creadora de Dios, manifestada en la misma naturaleza del matrimonio de sus actos y constantemente enseñada por la Iglesia.
También indica que en relación con las tendencias del instinto y de las pasiones, la paternidad responsable comprende el dominio necesario sobre aquellas que se debe ejercer razón y voluntad, es por ello que un acto conyugal impuesto al cónyuge sin considerar su condición y sus deseos no es un verdadero acto de amor.
“En conformidad con estos principios fundamentales de la visión humana y cristiana del matrimonio, debemos una vez más declarar que hay que excluir absolutamente, como vía lícita para la regulación de los nacimientos, la interrupción directa del proceso generador ya iniciado, y sobre todo el aborto directamente querido y procurado, aunque sea por razones terapéuticas, hay que excluir la esterilización directa, perpetua o temporal, tanto del hombre como de la mujer queda además excluida toda acción que, o en previsión del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga, como fin o como medio, hacer imposible la procreación”.
Sin embargo, no retiene de ningún modo ilícito el uso de los medios terapéuticos verdaderamente necesarios para curar enfermedades del organismo, a pesar de que signifique un impedimento, aun previsto, para la procreación, con tal de que ese impedimento no sea, por cualquier motivo, directamente querido.
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