En la comunidad de Paso de Molina, en San Francisco del Oro, se preserva un altar que los pobladores toman como sitio milagroso, este surgió a raíz de una supuesta aparición de una mujer que los lugareños creen que se trató que de la Virgen de Guadalupe ya que su figura se plasmó en el cemento por muchos años, siendo sitio de interés de devotos de distintas partes, pese a no ser reconocido por las autoridades eclesiásticas, hoy día a raíz del Covid-19, el lugar luce abandonado, pero la fe de los pobladores de las comunidades cercana sigue firme en este pequeño espacio.
La imagen estuvo mucho tiempo plasmada sobre el asfalto, donde incluso los lugareños habían instalado una repisa de cristal, protegida con una pequeña instalación para evitar que el sol la borrara, pero no pudo ser preservada y lo que era un sitio lleno de ofrendas hoy sólo es una historia.
Esta inició así, hace aproximadamente 13 años, una fiesta de quinceañera se celebraba dentro de la escuela comunitaria, en la misma cancha donde se encuentra el pequeño altar.
La aparición de la virgen, comentó Ramona de Santiago quien desde joven es habitante de Paso de Molina, se probó a raíz de una fotografía donde una figura femenina resaltaba en uno de los bordes de la explanada.
Luego de la prueba gráfica, los testigos confirmaron que, en el piso, la figura misma se había plasmado en el asfalto y aunque ya no se percibe en su totalidad, los pobladores siguen teniendo su fe arraigada en esta supuesta aparición milagrosa.
En su momento, el suceso espiritual llamó la atención de creyentes, que según expresa Ramona, provenían de distintas partes, no sólo de la región, sino que de todo el país pues esta aparición se hizo eco en diferentes lugares, ya que se afirmaba, el lugar era milagroso.
Hoy día aún se conserva la estructura que fue donada por los habitantes de Paso de Molina, quedando pruebas como rosarios, veladoras viejas y el mismo altar que dejaron los locatarios a pesar de que la figura de la virgen ya no se percibe.
La gente venía y le dejaba rosarios, pues la virgencita es milagrosa, ya no se aprecia la figura, pero aquí fue un lugar donde nuestra santa madre estuvo demostrando el amor que tenía por aquella quinceañera
contó la entrevistada.
Otro punto en la historia de fervor de esta aparición, es que la familia de aquella festejada, era creyente de una religión ajena a la fe católica y según cuentan, fue la razón por la que mostró su silueta supuestamente de origen divino.
Aunque las autoridades eclesiásticas de la región sur del estado de Chihuahua, no confirmaron que el lugar fuera un sitio que realmente diera una pauta para que se confirme como sagrado, esta comunidad es devota de la liturgia católica y tienen una capilla de nombre San Juan Labrador.
El Covid-19 pudo ser también un motivo, para que el olvido del sitio, empezara a repercutir, ya que la escuela donde se ubica, fue cerrada además por la falta de niños en la comunidad, pero eso no fue moción para tumbar la creencia de la población de Paso de Molina ya que son los permanentes vigías y los que confirman la procedencia divina de este caso.