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“Pasamos las noches en vela, el frío se siente mucho y cala hasta los huesos en este cuartito de madera y cartón nos refugiamos mi esposo y yo, solo nos cubren unas cuantas cobijas que no son suficientes”, expresó la señora María García.
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Un pequeño cuarto de madera y cartón con orificios en las esquinas por donde entra la intensidad del frío y los pocos rayos del sol es el hogar de la señora, quien narró la situación a la que día a día se enfrenta al lado de su esposo.
Doña María, es una humilde mujer que siempre trae consigo una sonrisa en su rostro y una mirada que aunque se observa cansada refleja la historia de su vida en la que se ha tenido qué enfrentar a muchas dificultades para lograr salir adelante.
Desde que arribaron de la sierra María y su esposo Cirio Gómez no han logrado obtener su propia vivienda, por lo que durante todo este tiempo han vivido de renta, sin embargo su situación se ha complicado al paso de los años, debido a que al ser ya adultos mayores han batallado para conseguir trabajo.
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Aunado a esto, las enfermedades comenzaron a surgir debido a que recientemente al señor Cirio le dio una embolia, en tanto doña María sufre de asma, lo cual ha ido deteriorando poco a poco sus pulmones.
“Poco a poco los años transcurrieron, nuestros hijos crecieron y se fueron lejos, nos quedamos nosotros a navegar con nuestra suerte aquí en Parral”.
Debido a su situación económica la pareja de adultos tuvo que abandonar la casa en la que habitaban anteriormente ya que que no contaban con los recursos económicos para continuar pagando las rentas.
Ante esto, un señor les ofreció un cuarto de madera y cartón para que se refugiaran por una renta mensual de 500 pesos, ”Él nos brindó este cuartito, nosotros se lo agradecemos mucho, yo le ayudo al señor haciéndole comida o limpiándole su casa para que nos baje un poco la renta o bien no nos cobre la luz”.
Al preguntarle qué le gustaría para esta Navidad, ella respondió que su mayor anhelo es tener una parrilla y un tanque pequeño de gas para poder cocinar: “No tenemos nada en qué cocinar, el señor que nos renta a veces nos presta su estufa pero a veces pues tiene que salir y debe cerrar sus cuartos, por lo que nos quedamos así sin comer o nos esperamos a que regrese para que nos dé chanza.”
De igual manera, le gustaría unas chamarras para ella y su esposo debido a que las únicas dos que tienen ya están “viejitas” y no les cubre el frío, además de que si se pudiera unas cobijas para lograr mitigar las bajas temperaturas durante esta temporada.
“Nosotros no pedimos mucho, solo lo que ustedes puedan traernos se los agradecemos de todo corazón” finalizó.
Para cualquier persona que desee apoyar a la pareja de adultos mayores su domicilio es en la calle Soberanía número 6.
