Un año y cinco meses han transcurrido desde que fue privado de la libertad el tesorero municipal de Zaragoza, Carlos Chávez Domínguez y su hermano Fernando Chávez Domínguez. “Lo único que deseamos es saber en dónde están sus restos, son nuestros hijos y queremos darles su sagrada sepultura, que no los entreguen como sea, solo pedimos eso, no buscamos culpables”, así lo expresó la familia de los jóvenes. Además la FGE está ofreciendo una recompensa de 200 mil pesos para quien aporte información útil y veraz de la localización de los hermanos.
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La familia de los hermanos Carlos y Fernando Chávez Domínguez de 25 años, los recuerdan como jóvenes trabajadores, humildes y llenos de sueños e ilusiones, mismos que terminaron el pasado 9 de enero del 2022 cuando fueron privados de la libertad, cuando se encontraban en su hogar en el municipio de Zaragoza.
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Fue alrededor de las 12:00 de la noche de ese día cuando la vida de esta familia cambió por completo debido a que un fuerte forcejeo en la puerta principal anunciaba que algo “malo” estaba por ocurrir, siendo el desenlace final, que culminó con la privación de la libertad de estos dos jóvenes.
Desde ese momento se perdió todo rastro de ellos, su familia diariamente tenía la esperanza de verlos regresar a su hogar, ese lugar que los vio crecer, sin embargo los primeros días comenzaron a transcurrir, después fueron semanas, meses hasta llegar a un año y cinco meses que se han cumplido desde este acontecimiento.
“Es una tristeza tan grande, no saber qué pasó con ellos, en dónde están, es algo que nos duele a todos los que sabemos que eran dos muchachos de buen corazón, lejos de problemas”, así lo expresaron sus familiares.
Mencionaron que el menor de los hermanos, Carlos Chávez Domínguez, se desempeñaba en un cargo público siendo el tesoro de la Presidencia Municipal en la presente administración 2021-2024.
“Carlos tenía trabajando como tres meses en la Presidencia, cuando ocurrió este hecho tan lamentable que nos ha cambiado la vida por completo a nuestra familia, ya que nos faltan dos integrantes, mis hijos”.
En tanto el otro joven, Fernando Chávez describieron que desde niño le gustaron los caballos, por lo cual decidió dedicarse al cuidado de estos animales: “Su vida eran los caballos, pasaba todo el día al lado de ellos, los bañaba, los peinaba, los sacaba a pasear al río”.
La ausencia de estos dos jóvenes ha marcado un camino difícil para esta familia, quienes señalan que lo único que desean es encontrar sus restos para poder alcanzar la paz que perdieron cuando desaparecieron.