Hoy es Día del Socorrista, una profesión que requiere vocación de servicio y humanismo, así lo expresó Carlos Alberto Rodela, paramédico de 22 años, que actualmente trabaja en la Cruz Roja. Para él, es una satisfacción servir a la comunidad, dijo sentirse agradecido con la vida.
Carlos Alberto Rodela, comenzó a sentir su vocación desde temprana edad, comentó que le llamaba la atención cuando pasaban las ambulancias con sus luces y sirenas, poco a poco fue descubriendo su vocación, los primeros acercamientos que tuvo él con los paramédicos, es cuando se acercaba para ofrecerles café y apoyarles en lo que podía. A la edad de 19 años comenzó a sentir un gusto por estas personas que ayudaban a los demás.
Nació ese interés por servir a los demás y por la profesión, tiempo después se le presentó la oportunidad de tomar el curso básico y cada vez fue adquiriendo un gusto por los cursos. Fue una experiencia emocionante, y lleva 2 años y medio que ejerce sus servicios en la Cruz Roja como socorrista.
“Han sido muchas las satisfacciones en mi carrera como paramédico en poder atender a la gente y experiencias han sido muchas; incluso le ha tocado ir a atender a familiares y vecinos que necesitaron de sus servicios, señala que para él lo más bonito y satisfactorio es ver por las calles a la gente ya recuperada de algún accidente; gente que continúa llevando una vida normal y que salió adelante.
Ser paramédico también conlleva dificultades. Una de estas es que gente no