Al son de la música de los años 40´s y vestidos con susparticulares atuendos, un grupo de la denominada “CulturaPachuca”, radicado en Ciudad Juárez, exteriorizó en plenoCentro Histórico parte de lo que es y lo que sus miembros ofrecena la sociedad; su carisma y alegría, el recuerdo de los añospasados cuando la formalidad se modificó, pero no dejó de ser unaetiqueta enclavada en los orígenes de una peculiar y única formade vivir.
Con atuendos llamativos, en la plaza Principal, frente a lapuerta lateral de la colonial parroquia de San José, dos sujetos yuna mujer vestidos de negro, bailaban al son de una música que noes de esta época. Los caballeros portaban ropa de considerablevolúmen que, al danzar, la sobre tela se aligeraba para moversecon destino a la dirección del aire.
Curiosa exhibición de baile, uno que no es muy común en loscontextos regionalistas de la Capital del Mundo, pues decenas desus habitantes se acercaron para contemplar el espectáculo, lostres pachucos se apoderaron de las miradas que no eran capaces dedesprenderse. El color de sus ropas absorbía la calurosa tarde defin de semana.
Uno de ellos, David Villar Sánchez, expresó que lo que hacíanera una muestra de baile pachuco que se remite a los años 40´s,no hace más de 78 años. Dijo que lo único que trataban era“echarle ganas y bailar”, cosa que afirmó habitualmenterealizan a donde quiera que vayan.
“En Juárez tenemos un grupo de la cultura, los Pachucos 656.Yo soy de Parral, pero me fui y ahora me dedico a esto, a serpachuco”, agregó el individuo que portaba, al momento de suentrevista, un traje azul rey, unos zapatos del mismo color, con untoque de blanco, un sombrero acompañado con una pluma y al menostres cadenas.
Expresó que a Parral, él y la pareja de pachucos quecontinuaban bailando al ritmo del chachachá, han venido una vezcada año en los últimos tres; que esperan para Julio traer a todala “banda”, con todo y vehículos, cerrar alguna calle (conpermiso de la Presidencia) para presumir lo que es ser comoellos.
Miguel Compean Acosta y su esposa, Velia Armendáriz,continuaron bailando por tiempo de tres canciones. Él vestía deun color azul o verde claro, cuando danzaba era posible ver lacoleta de cabello trasladarse de orilla en orilla, para posarsesobre sus hombros. Ella, con un vestido negro, enseñoreaba laexplanada de la Plaza de Armas.
En el lugar, Villar comentó que su vestimenta consta de 12piezas diferentes, mismas que la mayor parte del tiempo son muyllamativas para el público. “Y pensar que los primeros pachucosvestían con la seriedad del negro… ahora seguimos de traje, perocon colores vivos y resplandecientes”, añadió el pachuco.
Su peculiar conjunto estaba compuesto por un pantalón abombadoque le acinturaba por la faja; un saco de tres cuartos con solapa,del mismo color que la prenda anterior, azul rey; una camisaadecuada con el tono de los zapatos y el traje completo. Portabatirantes y largas cadenas largas que colgaban de su cuello. Alpreguntársele la hora, sacó de sus bolsillos un reloj de aquellosque son para el lugar de resguardo.
Finalmente, al líder de Pachucos 656 se le cuestionó de suapariencia, se le preguntó el porqué de ella si en ese momentolos rayos del sol pegaban sobre el espacio público. Ante ello, élrespondió: “la gente dice que nos vemos muy bien, nosotros locreemos y lo sabemos… somos pachucos y eso nos hace sentirespeciales”.