Narra doña Griselda que trabaja desde los 8 años

En Nochebuena le gusta hacer tamales; pero sus manos ya no le responden…

Javier Cruz | El Sol de Parral

  · sábado 14 de diciembre de 2019

Foto Javier Cruz | El Sol de Parral

Desde los ocho años trabajó en casa. Comenta la señora Griselda Nolasco, de 76 años, que si pudiera continuaría trabajando. Padece dolores de manos y en una rodilla. Es madres de seis hijos. Pero vive con uno de ellos. Señala que casi siempre está sola porque su hijo tiene que trabajar para el sostenimiento de los dos. En Navidad le gusta hacer tamales que sólo cuando van sus hijas a que le ayuden los hace, ya que batalla para cocinar debido al dolor de sus manos.

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Griselda Nolasco, originaria de Guadalupe y Calvo, narra que lleva 32 años viviendo en Parral, en la calle Jesús Yáñez Cano número 23 de la colonia PRI. Para ella la Navidad es para estar en familia; es la época del año más bonita, tiene bellos recuerdos de navidades en la sierra.

Acostumbraba hacer tamales y carne asada para sus hijos. El tiempo no perdona y ahora con los años considera que ya no puede. Sus manos ya no le responden.

Sin la ayuda de sus hijas que la visitan no hace nada para la cena, también sufre de dolores de una pierna. Con simpatía y en forma de broma considera sus dolencias gracias a “la bola”. Prosigue diciendo: “la bola de años…” que uno carga.

Vive con su hijo Carlos. Pero como tiene que trabajar la mayor parte del tiempo está sola en casa. Sus hijas están casadas y casi no la visitan. Le gusta mucho cocinar ya que comenta que cuando se puede dependiendo del dinerito, le hace la comida preferida a su hijo, que son los guisados de carne o chuletas. Su vida, como la de muchas mujeres de rancho, fue de mucho trabajar.

Mencionó que desde muy niña comenzó a trabajar en casa, ya que su mamá falleció cuando tenía seis años; “si pudiera continuaría trabajando”, señaló que ya no se puede, aun a los 76 años le hace la comida a su hijo. Menciona con orgullo que es un hombre trabajador y honrado, trabaja en una ferretería.

Al preguntarle ¿Qué le va a traer Santaclos? Con un sonrojo en el rostro comentó que no sabe. Ya que los regalos son sorpresas, pero que sea lo que Dios quiera.- Ya uno no pide nada lo más importante es la salud y la compañía de la familia. Ese sería un buen regalo para la Navidad.

Hay que dar gracias a Dios por seguir en esta vida y por la comida que nos da, continuó diciendo. Yo ya trabajé muchos años, tanto en casa como lavando y planchando ropa.

Señala que ya no le pide mucho a la vida, pero si Santaclos la visitara le pediría un microondas para los recalentados porque sus manos ya no le ayudan, como antes…

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