Roba el coronavirus la magia y el misticismo de la emblemática tradición de la danza de los pintos en Guachochi, donde derivado de la contingencia se cancelaron todos los eventos relacionados con la Semana Santa y atractivos turísticos que años atrás concentraba a miles de personas, tanto locales como visitantes. Este año solo arribaron algunos familiares de los lugareños, eso sí, revisados por un cerco sanitario antes de ingresar al poblado.
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Pese a que la cultura rarámuri se encuentra llena de rituales y ceremonias ancestrales, la Semana Santa siempre ha sido una de las fechas cumbre para este pueblo indígena, que año con año, en Guachochi, específicamente en Norogachi, se da cita y congrega a propios y ajenos con su tradicional danza del Pascol.
Centenares de danzantes denominados pintos o pascoleros, derivada de la danza del pascol, que significa pascua, se congregan a las afueras del templo del lugar para bailar en honor del Cristo que murió por todos los pecadores y resucitó como muestra de su divinidad.
Un ritual místico y característico y emblemático de dicha región que además de su significado espiritual representaba un espectáculo capaz de congregar a miles de personas entre locales y visitantes en ocasiones internacionales.
Sin embargo, este año el panorama fue totalmente diferente. Los Pintos no danzaron al repicar de los tambores, ni quemaron a Judas por haber traicionado a su “onorúame”, la fusión de Cristo con el Dios rarámuri.
Como profecía casi apocalíptica, la pandemia del coronavirus que se ha extendido a lo largo del mundo, alcanzando no solo a las grandes ciudades, sino hasta aquellos que por resistencia, cultura, o tal vez, rezago social, permanecían lejos del mundo moderno.
Para ellos representa un paso del “reré betamé”, el que vive abajo, quien con su plaga no les permitió orar mediante su pascol y pedir por la lluvia y el alimento del resto del año. Pero no solo los indígenas se vieron afectados, sino la economía regional también.
Y es que el pascol, o danza de los pintos siempre ha logrado atraer a cientos de visitantes que poca o gran medida, generaban una derrama económica para el sector servicios, hoteles, restaurantes, abarrotes, gasolineras, tiendas de souvenirs y espacios turísticos.
En este sentido, el ciudadano de Guachochi, y director de turismo en pasadas administraciones de dicho municipio, Jorge Estrada, señaló que ante la contingencia sanitaria del COVID- 19, todos los festejos y eventos fueron cancelados para evitar la aglomeración de personas.
Comentó que al municipio solo han arribado algunos familiares de los habitantes del mismo, así como algunos pocos turistas, los cuales se han encontrado con que lugares como el lago de las garzas, lago de las truchas, la cascada del salto, el mirador de la sinforosa, el jaguar y el kokoyome, entre otras, estanm cerradas, al igual que hoteles, museos y restaurantes que solo ofrecen el servicio de comida para llevar.
Eso sí, nadie ingresa al poblado sin antes ser inspeccionado por el cerco sanitario que el ayuntamiento de Guachochi colocó en los accesos del lugar, done médicos revisan que las personas no presenten síntomas característicos o similares a los del coronavirus.