Según datos del Inegi, en Chihuahua, el 13% de la población adulta mayor viven solos; en la actualidad existen en el estado 28 centros gerontológicos mejor conocidos como asilos que con el afán de evitar contagios entre los residentes catalogados como vulnerables por su edad y enfermedades propias de la misma, no han podido ver a sus hijos, nietos y familiares lo que hace que presenten, inevitablemente, cuadros depresivos, afirma personal de casas de asistencia que albergan a adultos mayores que oscilan entre los 65 y hasta 105 años de edad.
Agregan que por “por su propia seguridad” les tienen restringidas las visitas y muchos de ellos están aislados por completo, provocando que su estado anímico decaiga.
Unos han entendido la situación, otros debido a que sufren “demencia senil” no comprenden qué sucede, pero es notorio que en los últimos meses aumentó la depresión entre los residentes hasta en un 57%, dicen empleados.
Los médicos responsables de los adultos mayores que radican en estos lugares, no han dado “luz verde” para que reciban visitas y las medidas sanitarias son estrictas, sólo entran trabajadores y cuidadores quienes al llegar pasan por un tapete sanitizante, es obligatorio cambiarse de ropa antes de tener contacto con los ancianitos y realizar las medidas de higiene reglamentarios como lavado de manos y uso de cubrebocas en todo momento.
Si antes de la pandemia eran considerados vulnerables, ahora lo están más, comenta Gaby Treviño del “Asilo Vistas del Coronel”, quien dice: “Tienen meses sin recibir visitas y empezaron a deprimirse y por lo tanto a enfermarse, ninguno de Covid-19”; agrega que algunos tienen contacto con seres queridos a través de videollamadas, pero no entienden de tecnología y les es difícil, por cuestiones de su edad, adaptarse a la situación”.
Por su parte, Martha Bocanegra, encargada de “El Señor de los Guerreros” subraya que la única persona ajena que ingresa a la estancia es el doctor de cabecera; sus seres queridos los contactan por plataformas digitales, pero la gran mayoría no está alerta y sienten soledad por no ver en persona a la familia.
Geriatras destacan que la depresión y la demencia son los trastornos neurosiquiátricos más frecuentes en el adulto mayor; dos enfermedades que, agregan, llegan a aumentar el riesgo de mortandad, por lo que deben ser vigilados muy de cerca por especialistas, en especial en este momento en que no tienen oportunidad de ver a su familia