Quince mujeres sentadas en la escalinata del edificios del Instituto Nacional de Migración (INM) contemplaban con dolor, impotencia y una combinación de furia y tristeza, como el fuego arrasaba con la estación temporal del Instituto Nacional de Migración (INM), la noche del 27 de marzo en Ciudad Juárez.
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En el caos que se desató en minutos al filo de las 10 de la noche, los guardias corrían para resguardarse y a ellas, las condujeron a los escalones de la puerta de salida, mientras adentro, en las dos celdas con estructura de jaulas, estaban encerrados los hombres, a quienes nadie abrió la puerta para salir.
Los bomberos llegaron por su cuenta, nadie les habló pero hicieron lo suyo, en tanto, se habilitaban ambulancias, porque las unidades del Servicio Médico Forense, eran insuficientes para trasladar los cuerpos de 39 migrantes y en patrullas, apoyaban con el traslado de 28 heridos.
Ellas, todas migrantes que también habían sido detenidas por el personal de Migración, resultaron ilesas y las trasladaron a otra estación del INM en el municipio de Janos, a dos horas y media de Juárez y también frontera, según lo reportó personal de Protección Civil Municipal y lo corroboró el propio Instituto.
Al pasar de los días, sin embargo, el paradero de esas mujeres era incierto. La oficina de Comunicación Social del INM desde la Ciudad de México, reportó que seguían en Janos y la Delegación del Bienestar, que concentró la información sobre el estado de lesionados y sobrevivientes del incendio, dio a conocer a través del delegado, Juan Carlos Loera, que algunas de las migrantes, ya estarían en albergues de Ciudad Juárez.
Y de Janos a Ascensión…
A dos horas y media de Juárez, en el extremo noroeste del territorio de Chihuahua, en el límite con el estado de Sonora, está la amplia zona desértica de Janos, conocida por albergar una amplia reserva de la biósfera por sus pastizales y donde queda la única manada silvestre de búfalos y bisontes, que cotidianamente cruzan por la frontera con Nuevo México.
En el contraste, es el punto geográfico donde termina el mapa del tráfico de personas, que grupos criminales controlan desde el otro extremo, Ojinaga y Coyame, pasando por Juárez, la región del Valle hasta llegar a Janos.
El polvo y un ambiente seco es lo primero que recibe al visitante y en el pueblo de Janos, donde hay poco más de 11 mil habitantes, se advierte en el horizonte, una construcción sin puertas ni ventanas, con dos portones altos de acero sólido y una reja que es el acceso para la entrada de vehículos, donde se aprecian estacionados dos autobuses, con el logotipo del Instituto Nacional de Migración.
Es la estación temporal, donde se estipula que las personas que no acreditan su legal estancia en el país, son detenidas hasta 15 días para enfrentar su proceso migratorio y son liberadas con un oficio de salida voluntaria del país.
Por una rendija que da a la calle, a través de la cual se ven los ojos de un posible guardia de seguridad, pues no se identificó, un hombre señaló que no podía proporcionar información sobre las personas que estaban en el interior y si entre ellas, estarían o no las migrantes llevadas de Juárez, a 72 horas del fatal incendio.
“Ya se está sacando a todos, la orden es vaciar las estaciones, así que váyanse, seguro aquí ya no están”, recalcaba la persona del otro lado de la rendija.
Sin posibilidades de ingresar y ante el hermetismo de obtener información, de regreso hacia Juárez, 30 kilómetros después, al pasar por el siguiente poblado que es Ascensión, en el municipio vecino, se avistó un grupo de unas 30 personas en la plaza principal y un camión de la línea Chihuahuenses, rodeado de policías municipales.
Los agentes bajaban a los pasajeros y realizaban revisiones de documentos, tras lo cual, separaron a 23 personas originarias de Guatemala y El Salvador, quienes mostraban sus oficios con el sello del INM, pero los oficiales decían que no se apegaba al procedimiento.
La encargada de la oficina de la parada de camiones refirió que ella tenía registrada la compra de sólo 12 boletos, por lo que tuvo que avisar a la Policía Municipal de Ascensión.
“Migración debió haberlos llevado hasta su destino, todos estos pasajeros van a Ciudad Juárez, sólo hay doce personas con boleto”, explicó la mujer.
Los oficiales que cotejaban unas listas, hablaban por teléfono y caminaban de una esquina a otra, comenzaron a subir primero a las mujeres a la caja de la patrulla, argumentando que no tenían un permiso migratorio y las llevarían a la comandancia, donde darían aviso al INM.
Del ‘papelito’ migratorio a la realidad
“Lo que queremos es irnos a nuestros países, ya tuvimos suficiente, déjenos ir para regresar”, referían los migrantes a los elementos policíacos, para evitar ser detenidos otra vez.
La mayoría, había estado en la estación temporal de Juárez, donde los tuvieron tres, cinco, siete o más días y de ahí los habían llevado a Janos, “ése es el protocolo”, coincidían al relatar que algunos ya habían hecho ese recorrido un par de veces.
María Fernanda, salvadoreña, contó que un par de días antes del incendio, ella fue detenida, ingresó a la estancia provisional de Juárez y de ahí la mandaron a Janos, donde permaneció varios días y justo el jueves pasado a las 2 de la tarde, la dejaron salir y caminó al siguiente poblado, el de Ascensión, para abordar un autobús.
Todos insistían en que iban de regreso a Ciudad Juárez, que el personal del INM no les ofreció traslado alguno, sólo les dieron su oficio de salida voluntaria de México, que les daba 15 días para irse por sus propios medios.
“Yo voy por mi propia cuenta, tengo mis medios para ir por un boleto de avión, para irme a Guatemala, duré una semana detenido en Migración, compré mi boleto de camión en la estación de Janos, tenemos que ir a Juárez y ahí esperar a los depósitos de nuestros familiares para poder regresarnos, nosotros ni siquiera cruzamos a Estados Unidos y si no nos dejar ir en el bus cómo nos vamos a regresar”, puntualizó un guatemalteco de 24 años, que llegó hace 15 días a Ciudad Juárez.
Agregó que las necesidades que está padeciendo su familia lo hacen volver a su lugar natal, era su plan, pero en Juárez, lo detuvieron empleados del INM que lo llevaron a la estación que se quemó, y después lo enviaron a Janos, incluso recalcó que guarda su permiso en el teléfono porque sabe que autoridades se los rompen y así, le queda la fotografía del documento.
El grupo de migrantes lo secundó, al destacar que ésa es una práctica común, que policías y militares les destruyan sus permisos, les pidan dinero para continuar su viaje hasta que llegan a otras ciudades, donde pueden tramitar otro oficio que acaba por servirles para poco.
“Apenas avanzamos y nos interceptan personas del crimen organizado como si supieran que ya estás en el trayecto, alguien les avisa y a unos se los llevan a la fuerza y a otros, nos dejan continuar si les damos más dinero hasta que llegas a la frontera y te traen de unas celdas a otras".
“A nosotros nos tocó que nos traigan de Juárez a Janos, pero nos hemos enterado de que a muchos, los mandan a Michoacán, Zacatecas o Veracruz y de ahí empieza otra vez la travesía, por eso muchos se arriesgan y mejor viajan por tren, si se puede adentro de los vagones y si no, sobre éstos, como sea”.
Otro viajero, quien dijo ser originario de Guatemala, expuso que; “el trato con nosotros y los venezolanos es diferente, a veces Migración manda a los guatemaltecos en avión o nos manda a otras estaciones, y a ellos (los sudamericanos) los sacan de los lugares de detención y se los llevan en camiones”.
Al menos, añadió, lo percibió mientras estuvo detenido en la estancia migratoria de Juárez donde permaneció tres días y en cambio, “los venezolanos entran y salen el mismo día en autobuses”.
La culpa es del INM: Policías municipales
Ante los abiertos testimonios de los migrantes con El Heraldo de Juárez, las autoridades municipales optaron por bajar a las mujeres de las patrullas y continuaban revisando los oficios de migración, separando grupos y deteniendo la salida del camión.
“No van por algún delito, nosotros los trasladamos a la comandancia y ahí que llegue gente de Migración y otra vez los agarre, son ellos (los del INM) los que están haciendo mal las cosas, ellos los deberían trasladar a Juárez porque sólo les dan un papel para andar en el país, que uno no sabe si es auténtico, alguien de Migración debería venir con ellos”, apuntó uno de los policías municipales.
Enojados y asustados, los migrantes decían una y otra vez que se les indicó que con ese papel podían circular legalmente por territorio nacional, “Hasta el presidente mexicano lo ha dicho en sus programas de la mañana, que con el papel ya no hay problema y que en México no se detiene a los que venimos de otro país”.
Hombres y mujeres, en ese grupo no se percibió que hubiera niños, lamentaban que en el largo camino que hacen desde Chiapas para atravesar el país y llegar a la frontera, los detienen policías y “los malos que andan armados”, les piden dinero, otras veces los detienen, los dejan ir y los vuelven a detener… Casi todos de este contingente ni siquiera ha pisado suelo estadounidense.
Entre las alegatas de migrantes, municipales y los choferes del autobús que aguardaban los dejaran partir, arribó un elemento de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), quien portaba un listado con nombres de algunos viajeros y comenzó a separarlos del grupo, incluso en un momento le pasó su teléfono a una mujer extranjera, quien cerró su llamada con “está bien comandante”.
El oficial de la AEI no detalló cuál era su papel en la atención de este caso, si él cotejaría los oficios del INM o porqué traía un listado de nombres, sólo señaló que “vengo a ver qué está pasando y dar aviso a Migración”.
Casi tres horas habían transcurrido, se dio a conocer que en algún momento llegarían al poblado, los representantes del Instituto Nacional de Migración que ya estaban enterados de la situación y se harían cargo.
Consultados al respecto, en la oficina de Juárez, donde está la sede estatal del INM se informó que no estaban enterados de incidente alguno en Ascensión, argumentaron que se les lleva a Janos, porque en la otra estación no pueden tenerlos tantos días, “se llenan las celdas y hay que moverlos, ya ves lo que pasó… ¿O qué sugieren que se queden ahí y los quememos a todos otra vez?”
Declaraciones de encargados del INM en Juárez, por supuesto no del delegado, el contraalmirante retirado, Salvador González Guerrero, a quien antes de la tragedia del 27 de marzo pasado, solamente se le vio públicamente en la frontera cuando iba a visitar El Paso, Texas, el presidente Joe Biden (el 8 de enero de este año) y días antes, dirigió las brigadas que se encargarían de limpiar el bordo del rio Bravo de migrantes, instalados en campamentos.
Mismos encargados del INM que dieron a conocer que por cierto, las 15 mujeres que estaban en la estación temporal cuando se incendió, no habrían sido trasladadas a Janos, sino al Centro Integrador para el Migrante Leona Vicario, en Juárez.
Publicado originalmente en El Heraldo de Juárez