Ni los operativos de resguardo de la frontera Lone Star, el alambrado con púas por parte de Texas, ni las temperaturas bajo cero, han podido frenar el cruce ilegal de cientos de migrantes.
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Esta mañana, nuevamente el Border Safety Initiative Marker (Marcador de Iniciativa de Seguridad Fronteriza/ BSI 36) estuvo saturado de cientos de personas esperando entregarse a la Patrulla Fronteriza.
Hace unos días cuando Estados Unidos cerró el cruce ferroviario el flujo migratorio había disminuido, sin embargo, otra vez siguen llegando grupos de entre 20 a 50 personas.
Debido a que se observan camionetas del Instituto Nacional de Migración de lado mexicano, en cuanto haya un descuido, los migrantes cruzan corriendo el bulevar Juan Pablo Segundo y sin pensarlo cruzan el río Bravo para quedar de lado estadounidense.
Migrantes que caminan de lado americano gritaban que unos llegaron en tren por la madrugada y otros contaron que por la mañana pero en el BSI 36 ya hay más de mil personas.
En un lapso de una hora aproximadamente pasaron más de cien personas en grupos que se unieron al gran contingente de migrantes que esperan en la BSI 36.
"Este viaje es una cosa de locos, vi gente muerta en la selva, nuestro Presidente no nos quiere, tuvimos que huir, pero ya estamos felices que llegamos hasta aquí y de aquí para adelante", contó Michelle Peñaloza de Colombia.
Aunque pasaron Navidad y pasarán Año Nuevo sin sus familias, los colombianos guardan la esperanza que el próximo año su situación sea mejor.
Nota original en El Heraldo de Juárez