Lissa, de 37 años, llegó a la frontera hace 15 días, actualmente ya ha conseguido trabajo en un puesto de juguetes en la zona Centro; aunque su sueño sigue siendo cruzar a Estados Unidos, si se da la oportunidad de comenzar una nueva vida en esta ciudad, lo hará.
“Llegamos sin nada y andábamos por aquí y vi a la señora y le dije que si no me podía dar la oportunidad de trabajar, pues pa’comer y tener un techo, y me dijo que sí”, expresó la mujer originaria de Haití.
Mencionó que apenas han conseguido un cuarto donde dormir; sin embargo, aún esperan que su esposo encuentre trabajo, ya que tienen dos hijas y una de ellas tiene que ser operada de una hernia, además de que necesitan ir a la escuela.
“Nosotros hemos gastado mucho dinero para llegar hasta acá, principalmente por los ladrones que hay por el camino, porque hay mucha dificultad por el camino, hambre y todo”, platicó.
Lissa, mencionó que si su esposo llegara a conseguir trabajo en Ciudad Juárez, además de una escuela para sus hijas de seis y diez años, con gusto se quedaría ahí, en caso de no hacerlo, se cruzarían de forma ilegal a Estados Unidos.
Aunque si bien recalcó, regresar a Haití no es una opción que ella tenga, pues quiere que sus hijas crezcan sin miedo a ser asesinadas. “Allá todos los días matan gente por la calle, los niños no quieren ir al colegio tranquilos, todos los países saben que el problema de Haití es la seguridad, matan”, expresó.