Hace siete años Carlos Hernández llegó como miles de migrantes a esta frontera, proveniente de Cuba, su objetivo era cruzar a los Estados Unidos.
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Frente al bordo del Río Bravo observando a las personas en situación de movilidad que ahí se encuentran acampando, platicó al Heraldo de Juárez sobre su decisión de quedarse a vivir en esta frontera.
“Aquí llevó siete años ya, gracias a Dios trabajando, echándole ganas, aquí me casé en Ciudad Juárez, una ciudad muy buena, muy productiva, gracias a amigos mexicanos que tengo y mi esposa que me ha ayudado mucho, aquí me quedé, establecí un negocito”, mencionó Hernández.
“Si es dura la situación que viven los migrantes, porque yo la pase, yo llegué sin nada aquí, en pleno frío, tenía mucho frío y no tenía donde vivir y una señora mexicana fue la que más me ayudó, me regaló cobijas, me regaló un lugar donde dormir”.
Recordó a la selva de Darién, como el mayor reto que ha pasado en su travesía por llegar a buscar el sueño americano.
“Lo más feo que viví fue la selva del Darién, ahí estuve 15 días, vi muchas cosas feas, es muy dura la travesía, yo salí de Cuba para Guyana, luego a Brasil y ahí a Uruguay, cruce varios países hasta llegar aquí a México”, mencionó.
“Llegué hace muchos años cuando estaba Trump en el mandato y en ese tiempo había que anotarte en una lista y ya estaba muy larga, yo tenía el 17 mil 579, hice cuantas más o menos de los que llamaban diario y como ocho meses iba a quedarme aquí, en ese tiempo que estaba esperando conocí a una muchacha con la que me casé, voy para seis años casado, la quiero mucho”, añadió.
Agradeció a los mexicanos, a sus amigos que lo han ayudado en su permanencia en esta frontera; dijo tener su residencia permanente y que posteriormente buscará la nacionalidad.
Nota publicada originalmente en El Heraldo de Juárez