El término de La Zona del Silencio, es un término acuñado por el ingeniero de PEMEX, Harry de la Peña, quien trabajaba en el desierto del Bolsón de Mapimí, en la planeación de un oleoducto, quien al percatarse de que en algunos sectores las ondas de radiofrecuencia se distorsionaban en ciertas áreas geográficas del desierto, comenzó a utilizar el termino de la Zona del Silencio, en el año de 1966, denominación que por años ha acarreado consigo cientos de leyendas, mitos, supersticiones y el término de un nombre de una área geográfica que en realidad es el desierto del Bolsón de Mapimí.
El ingeniero Harry de la Peña, quien trabajaba para la empresa de PEMEX, fue el primer hombre en utilizar el término, para un área geográfica del desierto del Bolsón de Mapimí, como la Zona del Silencio.
Hary de la Peña, trabajaba en la planeación de un oleoducto que pasaría por varios estados del norte del país, uno de ellos Chihuahua, dentro de los trabajos que estaba haciendo el ingeniero de PEMEX, dentro de una área geográfica del Bolsón de Mapimí, donde se encuentra el cerro de San Ignacio, de la Peña, se percató que las ondas de radiofrecuencia dentro de ese sector se distorsionaban y en algunos puntos había ausencia de las misma, por lo que comenzó a utilizar el termino de la Zona del Silencio, que tiempo después, fuera difundido a nivel nacional e internacional, por los medios de comunicación.
El ingeniero de PEMEX, con un aparato de radiofrecuencia investigó de manera somera algunos sectores aledaños al cerro de San Ignacio, percatándose que en algunas áreas se daba presentaba el mismo fenómeno de la ausencia de radiofrecuencia, determinando que en el lugar existía un campo magnético cambiante, situación de la cual no se tienen estudios científicos que respalden esta información.
Con el paso del tiempo y en base a las primeras declaraciones del ingeniero de PEMEX, el término de la Zona del Silencio se fue diseminando en todo el país, utilizando por primera vez el término de la Zona del Silencio, en el año de 1966.
El 11 de julio de 1970 cerca del cerro de San Ignacio, pobladores del lugar presenciaron la caída de un objeto, que el alumbro el área por varios minutos, por lo que ante el desconocimiento de lo que pudiera ser, los pobladores comenzaron a atribuir la caída del objeto a seres de otra dimensión.
El suceso que presenciaron los pobladores en aquel año, fue la ciada de la cápsula espacial Athena misma que fue recuperada por el gobierno de los Estado Unidos de Norteamérica.
El gobierno estadounidense dio parte al gobierno mexicano, sobre la caída de la cápsula, por lo que giró un oficio para que se le permitiera la entrada al lugar, el Bolsón de Mapimí, a lo que el gobierno autorizó la entrada de personal del gobierno de los Estados Unidos.
La cápsula que fue buscada por el gobierno de Estados Unidos en el desierto que es conformado por los estados de Chihuahua, Coahuila y Durango, causó gran impresión del personal y científicos, ya que descubrieron una gran variedad de cetáceas únicas, un terreno sumamente árido y gran variedad especies de fauna únicas del lugar.
El personal del gobierno de EE.UU. de acuerdo a fuentes científicas que investigan el área del desierto del Bolsón de Mapimí, expresa que se saquearon toneladas de tierra, especies de cetáceas, animales y todo lo que quisieron, argumentando que la cápsula era radioactiva.
A raíz de las primeras declaraciones del ingeniero de PEMEX y los sucesos de la caída de la cápsula espacial Athenas, que fueron tema de información nacional e internacional, se comenzó a mal llamar la parte del Bolsón de Mapimí donde se encuentra ubicado el cerro de San Ignacio, como la Zona del Silencio, término que vendría acompañado de cientos de supersticiones, leyendas y mitos, posicionado el lugar a nivel internacional como un lugar místico y paranormal.
Desde plantas mutantes hasta animales mutantes, fueron parte del Fake News que se difundieron, a consecuencia de que se desconocía la terminología científica del lugar.
De acuerdo a investigadores que se dedican a investigar y conservar el desierto del Bolsón de Mapimí donde se encuentra el área conocida como la Zona del Silencio, la flora y fauna que se puede percibir como anormal o mutante, en realidad es endémica del lugar, esto quiere decir que en ninguna otra parte del mundo existen.
Así mismo la ausencia de señal en algunas áreas geográficas del desierto, se debe a la presencia de magnetita, mineral que abunda en algunos sectores del desierto.
Dentro del lugar se han identificado 403 especies de vegetación, de las cuales 31 son endémicas del desierto chihuahuense como lo son la Asteraceae con 42 generos, 67 especies y siete de estas endémicas de Chihuahua; Cactaceae con 15 géneros y 29 especies, de las cuales seis son endémicas del desierto chihuahuense; Poaceae de las cuales hay 26 géneros y 63 especies, entre otras muchas especies.
Así mismo, la fauna que han localizado investigadores dentro del desierto, es de 247 especies de las cuales 75 se encuentran protegidas por la, NOM-059-SEMARNAT-2001 (Protección ambiental-Especies nativas de México de flora y fauna silvestres-Categorías de riesgo y especificaciones para su inclusión, exclusión o cambio-Lista de especies en riesgo).
De las clases que más abundan en cuestión de fauna son las aves de la familia Emberizidae, con 22 géneros, con 29 especies y dos protegidas; la clase reptilia de la familia Colubridae, cuenta con 13 géneros, 13 especies y cinco de ellas protegidas; de la clase Amphibia se tienen identificadas dos especies catalogadas como raras, entre otras más que se pueden localizar dentro del desierto.
El desierto del Bolsón de Mapimí por años se ha mal interpretado como la Zona del Silencio y como un lugar de sucesos paranormales, fama que ha acarreado consigo el saqueo de especies y plantas del lugar, de las cuales muchas son raras y endémicas, así como de atribuirle fenómenos raros, que carecen de sustento científico.