La sequía descapitaliza al 50 por ciento de los productores lecheros del distrito de Jiménez en lo que va del año; la actividad lechera en dicha región perdió rentabilidad y llevó a la ruina a la mitad de los pequeños lecheros en la región de tres municipios; al iniciar el año 2023 había hasta 120 productores y actualmente hay 60; según Roberto Baca Perea, jefe de la Sader en la región del Río Florido.
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La prolongada sequía que ha azotado al distrito de Jiménez en lo que va del año ha tenido un impacto devastador en la industria lechera de la región, llevando a la ruina al 50 por ciento de los pequeños productores lecheros en tres municipios.
Según Roberto Baca Perea, jefe de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), en la región del río Florido, a principios del 2023 había hasta 120 productores lecheros en la zona, pero actualmente solo quedan 60.
La actividad lechera, que históricamente había sido una fuente de ingresos y empleo para numerosas familias en Jiménez, ha perdido su rentabilidad debido a la sequía que ha dejado a los productores luchando por mantener sus operaciones a flote.
La falta de agua y la escasez de pasto han llevado a una disminución significativa en la producción de leche y al aumento de los costos de alimentación para el ganado.
Los productores lecheros se han visto obligados a recortar gastos y enfrentar dificultades financieras cada vez mayores, lo que ha llevado al cierre de numerosas explotaciones lecheras.
Esta situación ha tenido un impacto económico negativo en la región, ya que la lechería había sido una parte importante de la economía local.
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Baca Perea, jefe de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en la región del río Florido, ha señalado que estos incrementos en los precios del forraje han tenido un impacto negativo en la capacidad de los productores lecheros para mantener sus operaciones a flote. Señala que solo aquellos que pueden producir su propio forraje tienen la capacidad de sostenerse en la industria lechera.
Sin embargo, un dato preocupante es que de los 400 productores de forraje en la región, solo 60 se dedican a la producción de leche. Lo que, según el entrevistado, refleja la complejidad de la situación, ya que muchos productores de forraje han optado por otras actividades agrícolas o ganaderas en busca de una mayor rentabilidad, lo que agrava la disminución en el número de productores lecheros.
En el último año, el precio de la leche bronca ha aumentado un 33 por ciento, pasando de 6 a 8 pesos por litro, lo que representa una carga adicional para los productores, debido a que es poco el aumento considerando el precio del forraje.
Este aumento en el precio de la leche bronca se produce en un contexto en el que los costos de alimentación del ganado, particularmente el precio de la alfalfa, han aumentado de manera drástica.
De acuerdo con la información referida por Baca Perea, el precio de la alfalfa ha duplicado su valor en el último año, pasando de 2,500 a 5,000 pesos por tonelada, lo que representa un aumento del 100 por ciento.
DESAFÍOS PARA PEQUEÑOS PRODUCTORES
El entrevistado destacó que la brecha entre el aumento de los costos de producción y el precio al que se vende la leche al consumidor está poniendo una presión adicional sobre los productores lecheros.
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El incremento constante en los precios de la leche y los desafíos económicos que enfrentan los pequeños productores de leche en Jiménez se ha convertido en una preocupación creciente. En una entrevista reciente, Roberto Baca Perea, jefe de la Sader en la región del río Florido, abordó varios temas cruciales relacionados con la industria lechera en la zona.
Baca Perea informó que el precio de la leche de buena calidad ha aumentado en el último año, pasando de 21 a 25 pesos por litro. Este aumento se atribuye en gran medida al incremento de los insumos, como los forrajes caros y los costos elevados de los granos utilizados en la alimentación del ganado.
La situación económica ha llevado a que numerosos productores no puedan mantener sus operaciones de manera sostenible. A modo de ejemplo, mencionó que un productor que anteriormente tenía 60 vacas lecheras, ahora solo mantiene entre 13 y 14 debido a la falta de recursos para mantener el ganado.
La conclusión principal que se desprende de la entrevista es que la actividad lechera se está volviendo cada vez más desafiante para los pequeños productores en la región de Jiménez.
Dijo que la sequía, los altos costos de insumos y la necesidad de inversiones considerables en la producción de forraje han llevado a una tendencia hacia la industrialización de la actividad lechera, con los productores más grandes siendo los mejor posicionados para enfrentar estos desafíos.
En este contexto, aseveró que los pequeños productores se encuentran en una situación complicada, ya que mantener una producción de leche rentable se ha vuelto una tarea cada vez más difícil.
Finalmente, comentó que las autoridades y los productores continúan buscando soluciones para preservar la sostenibilidad a largo plazo de la industria lechera en Jiménez, mientras la economía local y los consumidores también se ven afectados por los aumentos de precio en la leche.