A las afueras de una casa ubicada en el barrio de La Estación, momentos antes de ingresar a platicar con Doña Lupe Viga, fiel creyente del santo patrono de las causas imposibles; una licuadora suena fuerte, mientras el chillido de las cacerolas anuncia la preparación de la tradicional comida de reliquia o altar, la cual consiste en tres preparados base; asado en rojo de puerco, sopa de arroz o cualquier pasta y frijoles.
Mientras Doña Lupe Viga, realizaba la preparación de los alimentos sagrados, expresaba: “Pues es que yo le digo a Mari, ¡Es que, qué me va a preguntar!, yo tengo tantas cosas que decir de San Juditas, ya me ha salvado tres veces”.
Entre el trabajo arduo de tener listos los alimentos para antes de la una de la tarde, Doña Lupe, hace una pausa para responder una pregunta, ¿Es cierto que San Judas es el santo patrono de las causas imposibles? A lo que responde, que es totalmente cierto, dando a conocer el porqué de los motivos.
“Yo tuve, me salió un tumor en la matriz y me lo iban a quitar, me hicieron estudios y ya cuando fui, me internaron por un mes, porque llevaba neumonía, ya cuando me compuse me iban a…, me hicieron otra vez los análisis para operarme, y salieron bien limpios; pero yo me le encomendaba a mi San Judas”, expresa Doña Lupe, mientras volta a ver el altar de San Judas Tadeo, el cual estaba adornado con veladoras con la imagen del santo, flores y diversas figuras.
Hubo una pausa por un breve momento, mientras retomando la platica al cabo de unos segundos, Doña Lupe, comentaba que tiene más de diez años festejando a San Judas, cada 28 de octubre, pero que, de ser fiel creyente, desde muy chica.
“Son bendiciones que él nos manda, de que, si yo no tengo para hacerle nada, y yo tengo un kilo de arroz nada más, se lo hago, pero con ningún compromiso con el, aunque yo le pida, porque me ha sacado de muchas cosas, este, yo si tengo le hago”, narra Doña Lupe.
Al calor del fuego y olores de la comida, Doña Lupe, daba a conocer los motivos del porqué festejaba a San Judas, con la preparación de la tradicional reliquia, “Los motivos fueron por tradición de mi abuela, ella siempre nos inculco a que le hiciéramos su altar, que si no teníamos, que si teníamos un kilo de arroz y un plato nada más de asado, que se lo diéramos, aunque fuera a la vecina, compartir un plato”.
Antes de hacer todo lo de la comida y el festejo de hoy, primero le tenemos que rezar una novena, que es de nueve días, culminando con el último rezo, que es el correspondiente al de hoy jueves 28 de octubre, donde le rezamos un rosario, platica Doña Lupe, mientras un radio suena en uno de los cuartos al son de "Las mañanitas".
“La novena, es más…, si tu no le haces comida, la novena es lo más principal de todo, ósea es la principal, si tu no le haces comide no se le hace nada, la novena siempre se le tiene que hacer, hoy le rezamos el rosario”, prosigue.
Tradicionalmente, el día oficial en que se celebra a San Judas Tadeo, es el 28 del mes de octubre de cada año, pero también, los 28 de cada mes, mucha gente acostumbra a rendirle culto, al santo patrono de las causas imposibles.
Para Doña Lupe, en el mes de octubre, ella no le pide nada al santo, ya que considera que es un mes de fiesta par San Judas.
“Eso depende de cada quien, bueno se le pide todo el año, lo que tu le vayas a pedir, ¡Yo en especial en mi persona!, yo en especial en este mes no le pido nada, porque yo le digo, estás en tu mes, y yo no le pido nada, no le pido favores no le pido nada; hasta cuando ya se termina el mes yo platico con él”, comenta Doña Lupe.
Momentos antes de finalizar la platica y proceder a tomar fotografías del altar, Doña Lupe, narra, que: “A San Judas, como a la Virgen María y a todos los santos, tú le estas pidiendo un favor para que interceda por ti, en el momento que tu le pides le vas a decir ¡San juditas Tadeo, yo te pido, ante dios padre, que me ayudes, que intercedas, ante dios padre todo poderoso, que me ayudes en este caso!, ya le dices lo que traes, ya le puedes rezar un padre nuestro, un ave maría”.
“Te hablo de mi persona, yo siempre, no diario, no cada ocho días, no cada quince días, pero si me siento a platicar con él, yo cada semana que voy al mandado le traigo su veladora, en la noche le rezo, no especialmente para él, rezo la oración de la noche, pero si una veladora le ofreces, se la pones, ¿Cuándo? Cuando tú quieras” … Platica Doña Lupe.
Entre música, olores de especias y comida, se llegó la hora de repartir la tradicional comida de altar, a la una de la tarde, la cual consistía en asado en rojo de puerco, sopa de arroz, sopa de estrellitas y fideos, deleitaron el paladar de decenas de personas que se formaron a las afueras de la casa de Doña Lupe, pacientemente con sartén en mano, una por una les fue proporcionada una ración generosa de la tradicional comida de altar o reliquia.
Un día antes del jueves 28 de octubre, alrededor de las ocho de la noche, Doña Lupe concluía el rezo de la novena, en donde repartió tamales, acompañado por atole.