Entre la Sierra de San Francisco y la Sierra del Diablo, la Laguna del Torbellino cerró el paso del Camino Real, que atraviesa parte de la región centro-este del municipio de Jiménez, territorio que colinda con el municipio de Camargo y el estado de Coahuila; obligando a retroceder una troca con un remolque ganadero cargado.
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El viento gélido que soplaba fuerte durante todo el trayecto, no hacía otra cosa más que mecer los arbustos de un lado a otro, a la par que pequeñas gotas de agua se convertían en hielo al caer la tarde, en donde el espectáculo principal fue el ocultamiento del sol por la sierra de San Francisco.
Marcha atrás el vehículo y avanzados unos cuantos metros del retorno, de entre el monte y un pequeño bosque de mezquites, salió un vaquero, quien se dirigió hasta el vehículo a la parte del conductor, saludando amablemente; “Buenas tardes, está bueno el frío, aquí andamos echándole ganas, tengo atascada una vaca en un parte de la laguna, ya tiene tres días ahí”.
Posteriormente, tres hombres descendieron del vehículo, mientras uno de ellos expresaba; “Yo ya he pasado por esto, y se siente muy feo estar solo y sin ayuda”, mientras a paso constante, avanzaron por el llano, cruzando un pequeño bosque de mezquite hasta llegar a una orilla de la laguna, en donde se encontraba una vaca atascada en el lodo.
Durante tres días, el vaquero había intentado de todo; jalar a la vaca, moverla, darle ánimos hasta poner unos puntales para con la ayuda de una "gata", intentar levantarla y moverla, sin que hubiera surtido efecto nada de las acciones, en gran parte por el peso del animal.
Los tres hombres, con ayuda del vaquero, apuntalaron bien unas traves y con la ayuda de la "gata" y unas sogas, comenzaron a mover a la vaca, maniobra que aún con cuatro hombres se complicó, por lo lodoso del terreno y el peso del animal.
Tras una hora de maniobras en medio del llano y con el gélido aire, se logró mover a la vaca, la cual se encontraba entumecida. Una vez sacada de donde estaba atascada, el vaquero pudo rellenar el agujero y ayudó a mover la vaca hacia un costado, a suelo más firme para que se recuperara.
La noche estaba casi cayendo, y para salir de los caminos de terracería que conducen a la Sierra del Diablo, aún faltaban cuatro horas más. Aún con el clima en contra y poca luz, se logró rescatar al animal atascado, quedando el vaquero muy agradecido.
Cabe mencionar que, el agua de la Laguna del Torbellino, aún se encontraba a casi su máxima capacidad, tras las pasadas lluvias del 2022, surtieron efecto en la ganadería de agostadero, pero a su vez, creó lugares pantanosos, mortales para el ganado.
Pese a todo, la Laguna ofrece actualmente un espectáculo único, beneficiando la flora y fauna local, así como a la ganadería.