Un balón desinflado en color amarillo y verde, dos porterías de un campo de tierra frente al Gimnasio Manuel Gómez Morín y el hambre de meter el "Gol de la Esperanza", es el escenario de pasatiempo que viven los migrantes, en su mayoría nicaragüenses, ante la pronta definición de su estatus migratorio en tierra Chihuahuense, con miras de llegar a Ciudad Juárez, en busca del anhelado sueño americano.
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Con un sol “lagañoso” por la temporada invernal en Chihuahua, al menos 16 personas, de unas mil 500 de origen centroamericano, que hicieron su arribo desde el pasado jueves a Jiménez, provenientes de Durango, disfrutan de una “cascarita” en un campo de tierra, ubicado frente al albergue Manuel Gómez Morín, punto que fue habilitado como refugio temporal.
Algunos descalzos, ante la falta de zapatos de su talla y a la espera de apoyo, otro tanto, en botas y shorts, es como disfrutan de un partido ante la fiebre del mundial, que ellos saben se está desarrollando en estos momentos, pero que, ante la búsqueda de un mejor porvenir, se pierden cada uno de los partidos, donde pudieran ver a sus “ídolos”.
“No seas cáscara mi hermano”, “échale a la banda, aquí la hago”, “vamos por este jueguito”, “no le barras, es muy feo el terreno”, entre otras frases, fueron algunos de los momentos que los nicaragüenses disfrutaron por más de una hora, en la que sostuvieron el encuentro.
Desde anotaciones, atajadas, pases, penales, tiros libres, entre otros, los migrantes que están a la espera de definir su situación migratoria, para seguir con su camino hacia Ciudad Juárez, en busca del sueño americano, tratan de olvidar el calvario vivido en días pasados, donde permanecieron secuestrados por más de cinco días, en una ciudad del estado de Durango.
Llega el momento en que se cansan, no piden más que un refresco o un vaso de agua para recuperar energía por la corrida, algunos se sorprenden por las tomas fotográficas y cuestionan el motivo, sienten temor ante todo, no es para menos, los incomunicaron por más de 120 horas.
“Últimos minutos”, se escucha una voz de uno de los jugadores, quien, de manera inmediata, da un pase a un compatriota del mismo equipo, vamos por ese gol, lo necesitamos para ganar.
De manera repentina, uno de ellos dispara, anota; sin embargo, el esférico golpea una mochila, que es testigo de los miles de kilómetros recorridos, se hace la “polémica” por si vale o no, a lo que uno de ellos, a manera de broma, refiere que quedó grabado en las cámaras televisivas.
Risas para tratar de afrontar la situación es el término del partido, todos se dirigen hacia el refugio temporal, habilitado en Jiménez para dar auxilio, es el “Gol de la Esperanza” que para ellos, dará certeza de continuar con su camino, en caravana hacia Ciudad Juárez, para luego, llegar a los Estados Unidos.