La región de Jiménez se encuentra inmersa en una preocupante crisis hídrica, a medida que, 966 pozos agrícolas han tenido que duplicar la profundidad a la que extraen agua. Hace una década, el recurso hídrico se encontraba a una profundidad promedio de 150 metros, pero en la actualidad, se requieren perforaciones de hasta 250 metros de profundidad e incluso, en casos específicos, de hasta 500 metros, para acceder al vital líquido. Esto tiene graves implicaciones para la agricultura local.
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El jefe de la Sader en Jiménez, Roberto Baca Perea, informa que en promedio se captan alrededor de 300 milímetros de precipitación anual en la región de Jiménez. Sin embargo, este año, apenas se han registrado 50 milímetros de lluvia, lo que ha agravado la sequía que afecta a la zona. Esta situación está teniendo un impacto negativo en los cultivos de alfalfa, nogal y chile árbol, generando afectaciones significativas para miles de productores locales.
El incremento en la profundidad de los pozos se considera un indicador claro de la gravedad de la sequía y la reducción en el nivel de los mantos acuíferos. La falta de precipitaciones y la ausencia de recarga en los acuíferos han obligado a los agricultores a perforar más profundamente en busca de agua. Este aumento en la profundidad no sólo implica un costo adicional para los agricultores, sino que también revela la urgente necesidad de abordar la crisis hídrica en la región.
Las consecuencias de esta crisis hídrica son evidentes en la reducción de los rendimientos de cultivos como el nogal, donde se espera una disminución significativa en comparación con años anteriores. La producción se estima en alrededor de 11,000 toneladas, una cifra notablemente menor que la producción anterior, que alcanzó las 17,600 toneladas.
Los cultivos de chile árbol también se han visto afectados, ya que el rendimiento se espera que sea aproximadamente la mitad de lo que se produjo en años anteriores, con un precio de mercado que ha caído significativamente. Además, la calidad de los productos también se ha visto mermada debido a las altas temperaturas y la falta de humedad.
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La profundización de los pozos y la reducción en la calidad y cantidad de agua disponible reflejan la crítica situación de sequía que enfrenta la región de Jiménez. Los agricultores se enfrentan a un futuro incierto, y las perspectivas de recuperación de la producción agrícola dependen en gran medida de factores como las lluvias futuras y la gestión sostenible del agua.
La falta de agua en las presas y ríos de la región agrava aún más la situación. La sequía y las altas temperaturas han transformado este año en uno atípico y desafiante para los agricultores de Jiménez, quienes enfrentan no solo pérdidas económicas, sino también una incertidumbre sobre la sostenibilidad de sus cultivos en el futuro.
El impacto económico de esta crisis en la región de Jiménez es inminente, y la colaboración de los agricultores, las autoridades y las organizaciones locales es esencial para encontrar soluciones a largo plazo que ayuden a superar los desafíos planteados por la sequía y la falta de agua en la zona.