Pese al significado y la fiesta que representa el Día de Muertos, para Antonio, representa también una forma para allegarse de recursos. Con cubetas para cargar agua, azadones y rastrillos, camina entre el campo santo buscando quién lo contrate para limpiar alguna tumba a cambio de una propina, la cual al final del día, invierte en la ofrenda para la tumba de su hermano.
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Ayer se celebró el día de muertos, y pese a que para algunos es sinónimo de fiesta, reflexión, nostalgia o tristeza, hay para quienes dicha celebración representa una forma de allegarse de recursos, o bien, todas las anteriores.
Tal es el caso del joven Antonio Machado, de 12 años de edad, quien estudia primero de secundaria en la comunidad de Torreoncitos y desde hace algunos años, cada dos de noviembre acude al Panteón Municipal en busca de trabajo.
Ataviado con cubetas, escoba, azadón, rastrillo y hasta un pico, recorre el campo santo ofreciendo sus servicios para limpiar y remozar las tumbas, actividad que en sus propias palabras le ha sido redituable.
En este sentido, el joven entrevistado dijo que encontró en esta festividad una buena forma de ocuparse y allegarse de recursos, ya que en un buen día hasta 50 tumbas llega a limpiar, aunado a los viajes de agua y otras tareas que le llegan a encomendar.
Sin embargo, comentó que no tiene un precio fijo por sus servicios, en cambio, pide lo que las personas deseen darle por su trabajo, ya que en ocasiones al cobrar un monto específico, la gente considera que es algo costoso.
En tanto señaló que, como él, hay más jóvenes e incluso niños que realizan la misma actividad, así como también personas ya adultas que aprovechan el Día de Muertos para ocuparse y conseguir un poco de dinero a cambio del trabajo que realizan.
Finalmente, el entrevistado expresó que el dinero que junta en este día de trabajo lo utiliza para comprar la ofrenda que va y coloca a la tumba de su hermano, el cual falleció a la edad de tres años, y hoy día tendría catorce años.