Ubicado en la parte centro-este del municipio de Jiménez, el cerro de Chupaderos posee una altura de poco más de dos mil 100 metros sobre el nivel del mar en su punto más alto, desde donde se puede obtener una radiografía de 360 grados del municipio de Jiménez, con alcance hasta la geografía de los municipios de López, Allende y Camargo.
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Al estar situado en la parte central de Jiménez y a 25 kilómetros de distancia del sitio arqueológico de La Cascada de los Chuzos, en donde se pueden encontrar vestigios de la tribu de los Tobosos y de los Pecos, por el material lítico y piedras fijas trabajadas que hay allí, el sitio fungió como un mirador natural para las tribus de nómadas cazadores que transitaron por Jiménez.
Dispersos por todo el municipio, en algunos sitios prácticamente vírgenes, se encuentran pruebas de al menos tres tribus diferentes de nómadas cazadores y recolectores, que transitaron y habitaron temporalmente Jiménez; Pecos, del 300 al 900 después de Cristo (d.C.); Tobosos, del mil antes de nuestra era, al año 1800 y los vestigios de una tribu aún no identificada, probablemente del periodo cinco mil antes de Cristo.
El material lítico que se encuentra en Chupaderos, principalmente en la parte media del cerro y faldas del mismo, indica que no era un lugar de fabricación de herramientas, dado que no hay vestigios de la fabricación de dichas herramientas.
Las herramientas de piedra como flechas y raspadores, eran fabricadas en los bajíos y cuencas endorreicas, para ser transportadas por las tribus nómadas de cazadores recolectores hasta la cima o algún punto alto, en donde efectuaban tareas de vigilancia y cacería.
Así mismo, al momento de cazar la fauna local que habita en la zona, principalmente jabalí, conejos, liebres, aves y venados, los objetos de piedra, prioritariamente flechas, son parte de los vestigios que quedan actualmente.
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Por ser algunos los restos de material lítico que se han encontrado, es posible que pertenezcan a la tribu Pecos Rivers Focus, principalmente por el tipo de flechas que utilizaban en forma de cabeza de pescado y bien estilizadas.
El cerro de Chupaderos fue un mirador natural, con amplio campo de visión para las tribus de nómadas cazadores recolectores que transitaron por Jiménez; ya que desde la parte alta se divisa el norte de Jiménez, con rango de visión hasta Camargo; parte sur, con rango de visión hasta Los Remedios y Escalón; parte este, con vista a la Sierra de San Francisco y del Diablo, y parte oeste de Jiménez, con rango de visión hasta los municipios de López y Allende.