Jiménez, Chih.- Cae en más de un 20 por ciento el precio de ganado de exportación, incluso, en el último mes, el precio por kilogramo ha disminuido en 10 pesos. La sequía de casi cuatro años en la región, ha originado que los compradores de animales, jueguen con los precios de compra.
El jefe de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en el distrito de Jiménez, Roberto Arturo Baca Perea, dio a conocer que además de los embates por la falta de lluvias, la ganadería se está viendo afectada por los precios de los mercados internacionales.
En este sentido, el entrevistado indicó que el precio del ganado de exportación, ha venido mermando paulatinamente, al punto de que un becerro para el mercado extranjero se está vendiendo hasta en 65 pesos por kilogramo.
Dicho monto representa una disminución 23.52 por ciento, con respecto a los 85 pesos por kilogramo a los que se vendía anteriormente. El panorama es tal, que en el último mes, la cifra cayó 10 pesos, en abril, un becerro se llegaba a vender hasta en 75 pesos por kilo.
El entrevistado señaló que dicha situación se debe a que los compradores de estos animales aprovechan la lastimosa sequía que ha venido aquejando a la región de Jiménez prácticamente durante cuatro años consecutivos.
Usan la escasez de lluvia como argumento para reducir la calidad del ganado, y por ende, su valor comercial, logrando adquirirlos a precios bajos, mismos que amenazan con seguir disminuyendo de no cambiar el pronóstico de precipitaciones.
Comentó que si bien, el ganadero puede conservar sus animales hasta que las condiciones mejoren, la crisis que atraviesa actualmente la ganadería, no lo permite, hay quienes priorizan el reducir el hato.
Y es que la falta de humedad para la regeneración de pastizales, obliga a los productores a suplementar la alimentación del ganado con pasturas y forrajes, cuyos precios se han elevado considerablemente en los últimos años.
Por ejemplo, hace cuatro años, aproximadamente, una paca de alfalfa podría comprarse entre 70 y 80 pesos, a la fecha, su valor ha repuntado casi al doble, pues se vende hasta en 150 pesos, en el mejor de los casos 135 o 140 pesos.
Ante dicha situación, productores se ven obligados a seguir exportando cabezas a precios bajos, con la intención de reducir los costos de producción y manutención de los animales, a la espera de tiempos mejores que les permitan repoblar sus hatos, y que de alguna manera, estos sean más sustentables.
Al momento el panorama es desalentador; sin embargo, se tiene la esperanza de que el pronóstico que augura lluvias a partir del mes de Junio, en la región, se cumpla y mejoren las condiciones para la actividad agropecuaria.