Para pedirle por la solución de un problema, salud, dinero o bien pagar una manda por un milagro cumplido, San judas Tadeo, es el santo patrono de las causas perdidas, cuya devoción y fe es celebrada todos los 28 de octubre de cada año en todo México.
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Cuidadosamente, doña Lupe Viga le enciende una veladora, puesta a los pies de la imagen de bulto de San Judas Tadeo, en un pequeño altar, pero con mucha fe, colocado en una esquina del cuarto contiguo a la cocina.
"Este año gracias a Dios estamos bien, no hay nada en especial por que pedirle, pero yo como quiera le pongo su altar, le prendó sus veladoras y le rezo su novena, aquí estamos con la fe puesta en mi San Juditas", seguido de un largo y profundo suspiro mientras los destellos de la veladora iluminan el rostro de San Judas, como si de un milagro se tratase.
Nueve días antes de su día, 28 de octubre, comenta doña Lupe Viga, se le reza su novena y se le mantiene su veladora prendida, como siempre se acostumbra.
El jueves, menciona con mucha calma doña Lupe, "bañaré a mi niño Sn Judas, para que esté reluciente en su día". Al término de la palabra reluciente, la veladora irradio más luz, resaltando cada detalle del altar.
Para el 28 de octubre, un rico asado de puerco en chile colorado, sopa, pasta, atole y galletas preparadas con ingredientes como la fe y amor, serán parte de la ofrenda que doña Lupe Viga brinde por el día de San Judas Tadeo.
“Te digo, hasta donde sé yo, la comida que se prepara para celebrar el día de San Judas Tadeo, y el alimento se da para que toda aquella gente que no ha probado alimento en días, aunque sea por este día, pueda comer algo", comenta doña Lupe, mientras observa a San Judas.
Durante el festejo religioso de San Judas Tadeo, Jiménez se cubre de una atmósfera de fe, ilusión, alegría y danza; donde en los hogares más creyentes, se elabora la tradicional comida de altar que se regala entre los vecinos.