Culiacán, Sin.- Jesús Campos estuvo al borde de la muerte, el Covid-19 dañó sus pulmones pero ahora puede decir que el coronavirus no pudo con él. En las redes sociales su historia conmovió a cientos de personas, y ahora con El Sol de Sinaloa cuenta su viviencia con este letal virus que tiene paralizado a Culiacán.
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Todo empezó con fiebre y dolor muscular, pero al estar en aumento con los síntomas, decidieron llevarlo a urgencias del IMSS. Lo evaluaron, lo internan en el área de observación, donde se encontraban unas 25 personas en esa sala.
-¿En ese momento, qué pasaba por su mente?
“Todo, imagínate me programan para intubarme, porque traía muy por debajo de los límites mi saturación (oxígeno en la sangre), en ese momento, llega otro paciente bastante grave, se enfocan en ella y el enfermero no me alcanza poner el oxígeno por lo que no me intubaron.”
Al escuchar la palabra “intubar”, fue donde dije “estoy grave”, haciendo oración a Dios pidiendo fortaleza, fue ahí que empezó a rezar y a rezar, pensando cosas positivas, porque la idea era no deprimirse.
Confiesa que se hizo un escaneo de luz de todo su cuerpo, lo entrelazaba el por qué los tiene y pidió mentalmente se pusieran a trabajar en conjunto porque consideró que “son la máquina perfecta a semejanza de Dios”.
-Pero tenían la orden de Intubarlo... ¿Qué pasó?
“Después llega la doctora de intubar a la paciente que había llegado grave, me dice que me ve más tranquilo, sugiriendo me dejaran en observación para ver cómo iba evolucionando. Así como por magia de Dios.”
En la cama del hospital, sólo miraba las luces prendidas, no sabía si era de día o de noche, se escuchaba quejidos por dolor, fatiga, muchos enfermeros, doctores de un lado a otro, miraba que tenían mucho trabajo por hacer, entraban y subían a pacientes.
Pasaron ya tres días, sin poder comer nada no sentía apetito, lo trasladan al piso número 3, en una habitación para 3, en la cama número 3363 (con 3 veces el número “3”).
Me llamó la atención al percatarme que me aparecía frecuentemente el “3” y dije este número sí que es especial, más porque mi hija Jessica nace un día 3
Jesús Campos confiesa que sintió terror por su estado de salud, pero su mente la ocupó en solo cosas positivas, pensando siempre en familiares, amigos y de todo lo que ha hecho por el prójimo y se le hacía injusto lo que estaba pasando, pero solamente se encomendaba a Dios.
Oraba también por ellos también, pero quiero decirte que la primera una noche que pase en el 3 piso, ya para amanecer observé que trajeron una bolsa grande y al voltear me di cuenta que estaban metiendo el cuerpo de mi vecino, ya había fallecido y un día antes de que me dieran de alta pasa a mejor vida uno más en la misma cama que estaba a mi lado izquierdo
Días posteriores Jesús Campos iba progresando en su salud, se percata que ya lleva 20 días en el hospital (23 de abril) y le seguía apareciendo el número tres, y era por fin hora de ir a casa.
Al salir del hospital, en lo que mi esposa fue por el auto me puse a observar a la gente a mí alrededor. Había mucha angustia de familiares por los pacientes y otros más llorando por los pacientes que murieron al no resistir la agresión del Coronavirus, el escenario era terrible con decirte que pasó frente a mí una vagoneta de una funeraria y la seguí con la mirada, suspire y pensé no se libró de la muerte, después voltee por donde salió la vagoneta y estaban otras dos y ya en una estaban subiendo otro cuerpo
¡POR FIN CAMINO A CASA!
Muchas veces repetía… ¡por fin, a casa!, pero en el transcurso a su hogar, observó las calles solas, con muy pocos autos y gente, me preguntaba ¿qué está pasando?, fue cuando pregunte a mi esposa a lo que respondió “ya estamos en la fase 3 de la pandemia, solo eso te puedo decir, solo nos enfocaremos en estés bien para estar bien todos”.
-¿Cómo fue el recibimiento en su hogar?
“Fue muy emotivo mi hija Jéssica Anahí me recibe con una cartulina dándome la bienvenida y mi hijo Jesús Manuel un rico pastel que él mismo hizo para mí.
Me sentí el hombre más afortunado del mundo. Solté el llanto de la emoción y les dije “también de felicidad se llora” tenía muchas ganas de verlos, los extrañe, los quiero mucho, luego levanté mis brazos empuñando mis manos y dije “el "coronavirus me dañó mis pulmones, pero no pudo conmigo”.
Muchas personas que han sido diagnosticadas con el virus han hablado sobre sus efectos, algunas se han recuperado, mientras que otras todavía están luchando.”
Agradece a todo el personal del Instituto Mexicano del Seguro Social y a su Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social Sección XI en Sinaloa.
PARA SABER:
Jesús Campos, funcionario público del H. Ayuntamiento de Culiacán, Servidor Público por más de 20 años, 15 años en el departamento de Obras Públicas, del H. Ayuntamiento de Culiacán.
Debo admitir que con la segunda persona que murió llegue a ver una especie de cuervo negro gigante pasando por mis pies, pero éste nunca me volteó a ver
Jesús Campos, sobreviviente de Covid-19.