La vocación prevalece ante todas las adversidades. El impartir clases en tiempos de pandemia es un reto. Gloria García Piña, quien es educadora de un preescolar de Batopilas, comentó que debe dar trabajo impreso para 15 días, ya que no todos los alumnos cuentan con internet para tener un monitoreo constante; incluso se presentan inconvenientes para que los padres entreguen las evidencias de las actividades hechas ante la falta de conectividad. Hoy, al ser el Día del Maestro, se queda con las sonrisas de los pequeños, a quienes ha enseñado durante 24 años de servicio.
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La maestra Gloria ha prestado servicio durante 24 años en una institución preescolar de Batopilas, imparte clases para 12 pequeños de primero.
Para ella enseñar es una vocación antes de que la pandemia cambiara el método de enseñanza; trabajar ya era difícil, pero ahora con la situación que se vive manifestó que es un reto.
Dijo ser originaria de Camargo; sin embargo, desde que llegó a la localidad hace 24 años y se enamoró, no quiso partir y se quedó para siempre, donde también conoció el amor, se casó y tuvo dos hijos. Pero dar clases nunca fue sencillo, ya que se contaba con adversidades desde los servicios básicos. Ejercer ha sido un reto desde el día uno.
La educadora explicó la situación que se atraviesa en la localidad serrana actualmente con la manera de enseñar ante los cambios ocasionados por el brote de Covid-19 en todo el país, ya que se carece de conectividad, situación que genera infortunios para poder cumplir con su labor.
Puesto que no se cuentan con los medios necesarios para que se implementen clases virtuales o se tenga un monitoreo constante del avance de los niños.
En ese sentido, añadió que prepara material de trabajo impreso y se lo entrega a los padres de familia cada 15 días; en ese mismo lapso se revisan los trabajos terminados; es decir, que cuando los papás llegan a recoger el trabajo del próximo mes, entregan las actividades realizadas durante el mes finalizado. Situación contraria a la ciudad donde diariamente se monitorea el progreso que están teniendo los estudiantes.
Las adversidades a las que se enfrenta son varias, ya que enseñar en un municipio serrano, de por sí ya es un reto, ante las carencias que se tienen en las comunidades indígenas, tales como las inconsistencias en la energía eléctrica, internet, drenaje, entre otros, sumado a eso ahora tienen que lidiar con los cambios generados por el Covid-19, agregó.
Hoy, al celebrarse el Día del Maestro, cuenta cómo luego de 24 años de prestar servicio en Batopilas, con todos los desafíos que se ha enfrentado, se queda con la sonrisa de todos los pequeños a los que ha podido enseñar a lo largo de toda su carrera como educadora.