La pandemia del Covid-19, está provocando cambios y enseñanzas en todos los sentidos, tanto emocionales y conductuales, así como negativos y positivos, que causan un deterioro en muchas áreas de la vida importantes para el funcionamiento.
Aleida Gutiérrez Loera, indicó que es de mencionar que la libertad definitivamente es un tesoro invaluable, como lo es la salud y ambas se han visto afectadas con esta situación, donde a chicos y a grandes les provoca cambios en lo emocional y de conducta, que son muy importantes en la actividad diaria de la vida.
La psicóloga agregó que el confinamiento ante la pandemia del Covid-19 ha traído efectos negativos en los niños, niñas y adolescentes; ya que están en un proceso de desarrollo donde necesitan y precisan de la convivencia de su entorno, esto para regular sus emociones y conductas.
Su rutina se ve alterada en todos los sentidos, el no poder salir, establecer vínculos con sus compañeros de clase, amigos, vecinos, familia externa, entre otras, produce en ellos un impacto negativo.
Sin pasar en alto el cómo afecta en otros ámbitos, como sus horarios de sueño, alimentación y sobre todo en su estado de ánimo, el cual se ve alterado provocando: ansiedad, depresión, colapsando, que provocan manifestaciones como el llanto, irritabilidad, desánimo, disminución de interés, enojo, frustración, depresión, entre otras.
En este sentido informó que; sin embargo, hay que ver que también existen efectos positivos que se tienen, para compensar los negativos tales como, el aumento de convivencia y tiempo que los hijos comparten con los padres y hermanos.
Además mantienen la estabilidad en hábitos básicos, tales como establecer un horario de actividades, tanto de ocio como otras ajustadas a su edad, organizar acciones diversas como leer, cocinar, juego de mesas, etc.
Asimismo dijo que generar actividades de colaboración familiar, como poner y levantar la mesa, ayudar a preparar los alimentos, limpieza de sus espacios personales, entre otras, así como evitar el uso excesivo de pantallas, tablet y teléfonos, por aquellos que favorezcan actividades que impliquen movimiento.
Para concluir, señaló Gutiérrez Loera, que los adultos cuiden las reacciones ante los hijos, sobre todo en el momento que se encuentren con tensión o desánimo.