Mañana comienzan las posadas navideñas. Por la pandemia, la Iglesia invita a que se celebren en familia, sin reuniones numerosas y recen el rosario. Este año se está respetando el semáforo naranja y no organizarán eventos presenciales.

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Cabe citar que las posadas son tradiciones mexicanas que se celebran nueve días antes de la Navidad; su origen es religioso y representa el camino recorrido por María y José a Belén en el que pedían asilo por una noche.

El presbítero, Leonel Larios Medina, responsable de la Comisión Diocesana de Pastoral de la Comunicación Social indicó que son entendidas como un novenario y se dice que representan el viaje que realizaron José y María en Belén antes del nacimiento del niño Dios.

Señaló que la Iglesia tiene bien definida su manera de celebrar el tiempo previo a la Navidad y se llama Adviento, las mismas fiestas en honor a la Virgen de Guadalupe, se refuerza lo que la liturgia celebra en todo el mundo, tiempo para preparar la Navidad.

Indicó que cada parroquia es la encargada de organizar las posadas; ahora por la pandemia no es posible organizarlas de manera presencial, recomiendan que en familia se celebren sin reuniones numerosas.

Comentó que aun cuando son una tradición muy bonita, nada tienen que ver con los bailes y borracheras que se organizan para darse regalos, ya que también a este tipo de eventos se les llama “posadas”.

Refirió que dar posada significa cumplir con la palabra de misericordia, dar lugar al que no tiene casa; dijo que con la pandemia se pide no organizar fiestas, ni encuentros entre familias numerosas. La Iglesia invita a ser responsables por la salud y celebrar las fiestas en la familia nuclear; sólo padres e hijos, sin abuelos ni demás parientes.

Añadió que un bonito gesto cristiano sería que la gente, en lugar de organizar una gran cena, enviara despensas o cenas a la periferia, dando lugar en nuestro corazón a muchos peregrinos que no tienen posada ni recursos.

En México, una posada es una celebración que incluye ponche, canastas de dulces, velas, luces de bengala y piñatas de siete picos que representan los siete pecados capitales; los peregrinos recorren la calle en busca de asilo para María y José. Por lo general se lleva un nacimiento y se canta al pedir alojamiento para la sagrada familia.