Bocoyna, Chih.- Con un gran dolor en el alma, y con sed de justicia, el pueblo del seccional de San Juanito, en el municipio de Bocoyna, se unió al acompañamiento del cortejo que desde el mediodía del sábado 25 de junio partió de la ciudad de Chihuahua, tras la misa de cuerpo presente efectuada en el templo del Sagrado Corazón de Jesús de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, asesinados el pasado 20 de junio en el poblado de Cerocahui, municipio de Urique.
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Tras partir de la Capital del Estado, los féretros con los restos de los clérigos fueron trasladados sin escala hasta el seccional de Creel, en el municipio de Bocoyna, sin embargo, al pasar por la comunidad de San Juanito, cientos de personas los esperaban para acompañar el cortejo desde la entrada al poblado a la altura del conocido kilómetro 80 hasta la salida a Creel.
Dolido y consternado por lo sucedido, el pueblo de San Juanito se unió a las múltiples exigencias de justicia para quienes fueron considerados como “verdaderos ángeles” de las comunidades serranas, ya que por 4 décadas siempre dieron muestras de verdadero amor al prójimo, considerando que su muerte no debe quedar en la impunidad.
Fue poco después de las 5:00 p.m. del sábado cuando las dos camionetas de la compañía funeraria “Mausoleos Luz Eterna” de ciudad Cuauhtémoc, arribaron al seccional de San Juanito escoltadas en todo momento por elementos de distintas corporaciones policiacas, momento en el que cientos de habitantes del poblado los esperaban en vehículos y de manera pedestre con globos blancos, para acompañar a los sacerdotes en su trayecto por la comunidad.
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Para ello, la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de San Juanito, previamente hizo la invitación de la ciudadanía para dar el último adiós a los queridos jesuitas, destacando que, en su paso por las principales avenidas del seccional, las campanas del templo principal repicaron hasta que el cortejo abandonó el poblado.
Al igual que en la comunidad de Cerocahui, en San Juanito los feligreses dieron muestras de un gran respeto y cariño para quienes eran conocidos como el Padre “morita” (Joaquín Mora), y el Padre “Gallo” (Javier Campos”), quien recibió el mote por la característica de recibir a la comunidad con un sonido similar al emitido por los gallos.
Luego de pasar por el seccional de San Juanito, el cortejo continuó acompañado por una extensa caravana de vehículos que decidieron llegar hasta el último momento a la última morada de los sacerdotes, la cual será en el atrio del templo principal en Cerocahui, lo que se tiene previsto realizar el próximo lunes 27 de junio.
Asimismo, se informó que miles de personas se han apostado en el templo principal de Creel, por lo que autoridades, tanto religiosas como civiles se enfocaron en mantener un control del itinerario, resaltando que la homilía en Creel correrá a cargo del sacerdote Javier Ávila Aguirre, conocido como el padre “Pato”, para que a después de las 9 de la noche del sábado los restos sigan su camino hasta la comunidad de Cerocahui.