“Les imploro que dejen las armas... Les ruego a las autoridades que se hagan cargo”, son las palabras que expresó el padre Enrique Urzúa, párroco de la Catedral de Guachochi y encargado de la capilla de Santa Anita, última que fuera balaceada durante la mañana del lunes en un enfrentamiento que dejara al menos una persona sin vida.
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El sacerdote en el lugar de los hechos y a través de un video llamó a los grupos criminales a dejar las armas teniendo como contexto el recinto religioso abatido por las balas, donde decenas de imágenes de culto aparecen perforadas por los impactos producidos por armas de fuego de grueso calibre.
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Recordó que horas antes una persona decapitada había sido arrojada a los pies del templo: “Estamos aquí en la comunidad de Santa Anita, nos encontramos con estos hechos lamentables donde han balaceado el templo, han dejado afuera una persona decapitada, una camioneta quemada, nuestra iglesia está toda dañada, evidentemente no fue una persona, fueron varias”.
En dicho material video grabado, se observa el altar mayor totalmente destrozado, al igual que las paredes del templo, los múltiples impactos de bala que resultaron del enfrentamiento.
Urzúa clamó a las personas que están realizando diversos hechos de sangre en las comunidades de Guachochi, a que dejen las armas y desistan de la violencia, afirmando que le están haciendo daño a sus hermanos, es decir a los habitantes de esa zona serrana al sur del estado de Chihuahua.
“Les pido, les ruego queridos hermanos porque a pesar de todo les queremos a quienes provocan sufrimiento y muerte en nuestras comunidades, les ruego en nombre de Dios y de este pueblo lastimado y hoy desolado; les imploro que dejen las armas, que dejen de lastimar a nuestra comunidad, que dejen de lastimar nuestras comunidades, somos hermanos del mismo pueblo, esto no es justo” exclamó.
El llamado del sacerdote se extendió a las autoridades de los diferentes niveles, ya que solicitó tanto a estatales como federales a que intervinieran para devolver la tranquilidad al pueblo de Guachochi.
“A las autoridades estatales y federales que se hagan cargo de esto, que tomen su papel. Les pido que hagan su trabajo y ruego porque Dios les conceda la sabiduría para hacer su trabajo, para defender a las comunidades; nos sentimos agredidos… esta agresión al templo es una agresión para toda la comunidad”, concluyó.