Indígenas de la sierra se encargan de cuidar plantíos clandestinos en lugares donde no se tiene acceso a la señal de Internet, energía eléctrica y otras comodidades; mientras que esta actividad económica ilícita reditúa millones de pesos para líderes del crimen organizado que operan en la Sierra Tarahumara de Chihuahua, hay quienes deben de pasar la noche en medio de la nada.
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Una base de madera sin colchon, algunos cartones y cobijas para aminorar los efectos del clima fueron parte de los elementos que se encontraron al interior de dos chozas que se encontraban en un plantío de amapola
Lo anterior se pudo constatar en un recorrido que se realizó en un plantío localizado a 1.8 kilómetros del poblado El Rincón de Sicochi, perteneciente a Guadalupe y Calvo, Chihuahua, localidad que se encuentra a siete horas de la capital del estado, sitio donde investigaciones de las autoridades Federales y Estatales señalan que hay presencia de grupos del crimen organizado.
Las construcciones que se recorrieron en las inmediaciones del plantío de 35 mil metros cuadrados de flores de amapolas, se pudieron observar las prendas ropa de infantes, por lo que se señala que incluso menores de edad viven en estas condiciones.
Tortillas duras a medio comer, frascos de café llenos de azúcar y una tabla de picar sobre una mesa con mantel de color verde, fueron otros de los elementos observados.
Ambas construcciones fueron edificadas con material de adobe y láminas, no obstante, se pudo observar que se encontraban deterioradas y con cuarteaduras en las partes superiores de cada inmueble.
Según lo que se pudo exponer por los elementos del Ejército Mexicano, este tipo de parcelas ilícitas que se detectan son cultivadas principalmente por personas que habitan en la región.
Comentaron que al ser lugares que se encuentran alejados de la civilización, únicamente indígenas y personas que crecieron en la región saben cómo moverse por el territorio de la Sierra Tarahumara.
De acuerdo con los datos referidos por la Secretaría de la Defensa Nacional, el pasado 03 de mayo se comenzó con la destrucción de un plantío de 3.5 hectáreas de flor de amapola; que se espera que diera una ganancia de 2.6 millones de pesos.
A pesar de que esta actividad deja millones de pesos, se pueden observar fotografías de las condiciones en las que permanecieron las cerca de cinco personas que se encargaban de cultivar la amapola.