Por más de 65 años la familia Luna Hernández tiene como tradición la colocación del Nacimiento en esta temporada decembrina. Fue una herencia que les dejó su mamá, señora Aurora Hernández. De forma interrumpida, la familia se junta para la colocación del Nacimiento del Niño Dios, el cual está conformado por unas 100 piezas.
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Luz María Luna, una de las hijas del matrimonio, mencionó que su mamá Aurora Hernández Ramírez desde joven y antes de casarse, junto con su papá Guerrero Luna lo colocaban en la sala; sin embargo, en aquel entonces fueron pocas las piezas. Era pequeño, pero muy significativo para ella, por lo que de esta situación ya han pasado 65 años.
Señalan las hijas del matrimonio Luna Hernández que fue una de las herencias que persisten con el tiempo; consideran que es un acto de devoción que les dejaron y en la actualidad se juntan los hijos, nietos y bisnietos para seguir la tradición.
Por lo general, a la entrada de la vivienda ubicada en Bartolomé de las Casas número 25, llevan viviendo hace 65 años; no se les ha pasado ningún año sin haberlo puesto, sus padres vivieron 58 años de casados; ya fallecieron, pero procrearon 10 hijos, cuatro mujeres y seis hombres.
Para la colocación del Nacimiento utilizan rejas de la verdura para darle altura y forma de los cerritos y el campo, después es forrado con papel-roca para simular los escenarios naturales del ambiente.
Se coloca el musgo simulando el pasto y un portal en forma de casita de madera, que es la parte central, ya que es donde se coloca al Niño Dios; se ponen alrededor de cuatro series para iluminarlo, en general se utilizan 100 piezas.
Señalan las hermanas Luna Hernández que cada año se le agrega una pieza nueva. En esta ocasión fue un burrito con carga, pero además del Señor San José, la Virgen María y el Niño Dios, se le ponen ángeles, pastores, árabes, un herrero, un panadero, los Reyes Magos, así como una serie de animalitos, como borregos, caballos, vacas, patos, bueyes, gallos, camellos, marranitos, entre otros. Pero llama la atención la colocación del diablo en un rincón, el cual lo ponen solitario y sentado.
El primer Niño Dios que tuvo la familia era de Alemania, pero lo quebró uno de las nietas de la señora Aurora; indican que cuando lo bañaban se le marcaban sus chapetes y con unos ojos azules preciosos. El actual Niño Dios que tienen lo colocan en Nochebuena y hasta el 2 de enero, Día de la Candelaria, cuando se vuelve a juntar la familia para convivir. Afirman que son 80 personas que año con años se juntan para el convivio de los tamales, levantan al niño con velas y el rosario, tamales y champurrado.