La falta de Internet y la lejanía de las comunidades implican un doble desafío para los profesores de la comunidad de Norogachi para llevar la educación a distancia a los indígenas, haciendo uso de los cuadernillos de apoyo y su empeño, mismo como bases del aprendizaje de sus alumnos.
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Laura Lorena Herrera, maestra de la Secundaria Técnica número 9 de Norogachi, dijo que para llevar la educación a distancia hace uso de los cuadernillos, ya que en la comunidad no entra la señal de televisión abierta ni la del internet.
Son muchas las carencias en que viven las comunidades y el maestro forma parte importante para el desarrollo y educación de los rarámuris, consideró la profesora, quien explicó que en Norogachi, además de atender su labor como maestro, ahora por la pandemia tiene que llevar las medidas sanitarias que ha obligado el Covid-19, como la sana distancia y el uso de cubrebocas cuando da clases presenciales en su comunidad.
Refirió la docente que para poder hacer su función educativa busca a los niños uno por uno en las rancherías de la localidad para llevarles los cuadernillos de trabajo, dijo que para ella ha sido una solución, ya que en la comunidad indígena el estudiante no cuenta con el apoyo de ninguna persona, incluso ni de sus padres, ya que debido a las carencias ellos viven, las personas tienen que trabajar en donde pueden, ya sea en el campo, aserraderos o en la cabecera municipal.
Indicó la maestra que la mayor dificultad que tiene los alumnos es trabajar solos en casa, incluso ha tenido casos en que los estudiantes le regresan los cuadernillos en blanco, ya que no entendieron el como hacer los ejercicios, comentó que hay indígenas que no hablan español y ella como docente se tiene que apoyar de un traductor para explicar la forma de como contestar los ejercicios.
Señaló la docente que los niños a veces entienden y en otras no mas a medias, ella está utilizando la estrategia de localizar a sus alumnos casa por casa, luego se pone de acuerdo con ellos para juntarse en un centro de reunión con alrededor de unos 20 niños, donde por lo general este punto es una ranchería céntrica, que sea de fácil acceso, en punto de reunión se llevan a cabo las clases unas tres horas, así como también talleres de lectura y se juega.
Para ella es como unas dos horas de camino para poder atender a sus estudiantes, dijo que ante las necesidades que hay, les lleva una despensa o comida, la cual los niños la reciben con mucho gusto, indicando que el profesor está consciente de la realidad que están viviendo y de una forma u otra apoya con lo que puede y con lo que se tiene.