Parral, Chih.- El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Chihuahua exhorta a su población derechohabiente a estar pendientes de la presión arterial en etapa de embarazo; si ésta es demasiado baja (hipotensión), o demasiado alta (hipertensión), es necesario acudir al médico.
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A través de un comunicado, la dependencia explicó que la tensión arterial es la presión que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias cuando el corazón la bombea, por lo que es esencial para que todos los órganos reciban adecuadamente el oxígeno y nutrientes necesarios para su funcionamiento.
Durante la primera mitad del embarazo es normal que disminuya un poco la tensión arterial ya que se producen un ligero aumento del calibre de los vasos sanguíneos y, además, el cuerpo genera algunas sustancias que bajan la presión.
Si una mujer embarazada sufre hipertensión y no es tratada, puede provocar severos problemas, como insuficiencia renal en la madre e interferir en el aporte de oxígeno al feto, lo que podría ocasionar retraso en el crecimiento y problemas de oxigenación. Algunas mujeres con hipertensión gestacional terminan desarrollando preeclampsia, que es un aumento repentino de la presión arterial después de la semana 20 de embarazo.
Por lo general, esto ocurre en el último trimestre y puede provocar daños a algunos órganos, como el hígado y riñones. Si no es tratada, puede incluso poner en riesgo la vida tanto de la madre como del bebé.
Las posibles causas que pudieran desencadenar esta condición es la herencia genética, edad, obesidad, sedentarismo, estrés, abuso de alcohol, exceso de sal en las comidas.
Por lo tanto se aconseja que si siente dolores de cabeza, visión nublada, vómitos, transpiración excesiva, dolores en el pecho, hemorragia nasal o zumbido en los oídos, acudir inmediatamente a su clínica para valoración y determinar un tratamiento a seguir.
La hipertensión puede controlarse con una dieta equilibrada que ayude a controlar el peso, ejercicio ligero y medicamento suave, siempre y cuando éste sea recetado por un profesional de la salud.
Conviene consumir alimentos ricos en potasio (verdura fresca, cereales); pescados con alto contenido de Omega-3 (atún, salmón), frutas como el plátano y el tomate.
Las bebidas con cafeína, las grasas, alimentos picantes y las especias están totalmente desaconsejadas. También se debe reducir al mínimo la ingesta de sal.